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Un verano polar. Las mejores recetas.

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Después de una extraña y fría primavera me pregunto cómo será este verano. Los que vivimos más bien en el norte seguimos un poco descolocados y estamos un poco a verlas venir.... los telediarios nos amenazan con bruscas bajadas de las temperaturas como si estuviéramos en el mes de marzo.

En septiembre del año pasado publiqué un post al que llamé bye bye summer; recopilando las mejores recetas de helados que encontré en el ciberespacio.

Este año dudo entre no perder la esperanza, o decir desde ya mismo bye bye summer..... 

Por si acaso, he decidido adelantar mi selección no vaya a ser que se nos aparezca el otoño en pleno mes de agosto como quien no quiere la cosa. 

Y hoy os traigo los polos o ice pops más apetecibles de la blogosfera; empezando por estos de cereza y lima de Skinnytaste. Intuyo que ha de ser una combinación exquisita y si las circunstancias me lo permiten serán los primeros que haga.




El siguiente puede ser éste de Martha Stewart, una fenómena que ha bautizado esta maravilla como polo de ensalada de frutas. Si eres blogger tienes que conocer a Martha Stewart y si no, te lo estás perdiendo.

Esta mujer estadounidense; empresaria y presentadora de TV exhibe los ice pops más irresistibles que he podido encontrar.




Como éstos... exclusivamente para adultos; con licor de frambuesas Chambord, yogur griego, néctar de albaricoque, zumo de uva, vainilla, y limonada.... que ella llama Striped ice pops.




O éstos otros.... que obtienen los colores rojo, blanco y azúl de las fresas, el yogur, y los arándanos. Son los Firecraker ice pops. Increíbles!!

Sí, ya sé que las recetas están en inglés, pero para quien no sepa el idioma, además de ser fácilmente intuíbles o traducibles, pueden ser absolutamente una buena fuente de inspiración.

Por otra parte, esta colección de recetas polares resulta totalmente compatible con el sector de lectores, o mejor dicho, oteadores, que me visitáis a diario simplemente para regalaros la vista, o para tomar ideas, sin entrar en detalles.

Yo también soy un poco oteadora; no siempre puedo permitirme leer todo el texto de cada receta que curioseo. Algunas las analizo, otras las ejecuto, algunas me las guardo para más tarde, y muchas me relaja verlas como si me fuera a un spa.




Como ésta imagen con fondo azul piscina que corresponde a los Strawberry Shortcake ice pops de Bakers Royale. Hechos con  puré de fresas y Oreos de vainilla. Me encantan! Esta es de las que me guardo para más tarde.

Y para más tarde no, para siempre.... quedará flotando en la red esta receta de Polo de limonada de frambuesa que pertenece a un blog que no se si ya no existe o si está congelado.




Hace poco leí que la mayoría de los blogs que nacen desaparecen antes del año. Así que si has superado esta barrera estás de enhorabuena, puede que lo tuyo y el blog sea un relación que va en serio.    

Lo cierto es que aunque este polo parece yacer en un depósito de cadáveres para helados me resultó tremendamente atractivo. No sé qué tiene pero me encanta mirarlo. Creo que hasta he conseguido derretirlo con la vista. Lo firma La cocina de Tina




Y por si alguien no la conoce, que lo dudo mucho, os traigo a SandeeA y una de las numerosas propuestas que ha publicado en su blog La receta de la felicidad, uno de mis favoritos. Son los Barras y estrellas de manzana, leche, fresas y licor blue tropic. Super atractivos y preparados con un invento para hacer polos que se llama Quick pop maker y es de Zoku.

En su post SandeeA muestra varias opciones de polos obtenidas a partir de la maquinita en cuestión. Un buen análisis del invento para que todos aquellos que puedan estar interesados en adquirirlo puedan valorar si les resulta o no interesante.




La verdad es que si a una conclusión clara he llegado tras este rastreo polar, es que  el color rojo es el absoluto protagonista en el mundo del ice pop.

Estos que posan como el ying y el yang son de frutas rojas y menta fresca y los encontramos en The year in food; con unas imágenes preciosas la fotógrafa culinaria Kimberley Hasselbrink capta perfectamente la frescura y la esencia de este apetitoso postre helado.




Os atrevéis con uno de mojito y moras?!!

Es el Blackberry mojito ice pop de White on rice couple . Ideal para terminar el día, o la noche..... con   copas heladas....

Redbook Magazine nos ofrece esta colección a modo de barra libre, para que escojas el que más te guste. Si habéis echado en falta algún sabor es probable que lo encontréis en esta selección; de limonada y vodka, de mora, curacao y melón, piña colada, sandía y mora....




Para el final me he reservado uno de los más refrescantes sin duda, y es este impresionante polo de menta y melón de Hungry girl por la vida, que me ha dejado muerta cuando lo he visto. El melón es mi fruta favorita y no se lo que ha de ser en forma de polo, pero imagino que alucinante. 

Aquí acaba mi paseo helado. Espero que lo hayáis disfrutado, y os haya servido de inspiración, para este verano.... 

O en su defecto.... para el siguiente!





Beatriz Tobegourmet.



Como hacer el macaron perfecto, paso a paso.

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Mi primer encuentro con el macaron fue hace bastantes años en París. Pasaba unos días en casa de un familiar y una noche dio una cena para gente importante. En aquella cena alguien apareció con una caja  monísima de Ladureé. Me fascinó el colorido de aquellos dulces y sus innumerables sabores. En aquel momento lo único que no no me encajaba era el nombre "macagón", aunque por su erre afrancesada sonaba muy chic. Por aquel entonces en nuestro país era un total desconocido.

Mi última cita con el macaron fue este lunes en L'ATELIER DE ISABELLA, una tienda ideal en la calle Perez Galdós, donde Isabella organizó un taller para aprender a hacer macarons.... como los de Ladureé.





Isabella Loro, es una mujer joven y emprendedora que lleva cinco años formándose en diferentes técnicas de la pastelería creativa realizando cursos con referentes como lo son Alma Obregón, o Patricia Arribálzaga de Cakes Haute Couture; una de las cake designers más importantes de Europa.

Especilizada en Diseño y decoración de tartas, cupcakes, flores en pasta de goma y cookies, a Isabella no podía pasársele por alto el elegante macaron. Y esta semana ha ofrecido el primer taller de macarons en su espacio multidisciplinar; L'Atelier de Isabella, donde imparte cursos de todo tipo de pastelería creativa y próximamente también de repostería tradicional, además de ofrecer asesoramiento a todos sus clientes.

Una vez al mes, quiere poner al alcance del público de a pie una master class impartida por conocidos expertos del mundo de la repostería creativa.




La tienda de Isabella es "toda comestible" como me gusta decir a mí de algo irresistible a la vista. Ante su escaparate se detienen cientos de personas al día observando la delicadeza de los objetos que la visten, los colores pastel, las tacitas inglesas, los mug, las campanas para preservar los plumcakes, las bandejas de flores liberty..... 

Es como si nos hubieran traído un trocito de Londres a la ciudad de los logroñitas.




Un escenario ideal para mi reencuentro oficial, fuera de mis coqueteos cada vez que viajo a Francia, con el señor macaron. 

La última vez que contactamos fue unas navidades; por aquel entonces el escaparate de Ladureé exhibía sus piezas en oro y plata y en Fauchon, que también me encanta, pequé con especial vehemencia. Podéis verlo AQUI.




Sé que estáis deseando que cumpla con el título que encabeza éste post y me lance de una vez a explicaros cómo conseguir un macaron perfecto y no os voy a hacer esperar mucho más, sólo os diré que por un lado está la receta, y por otro, los tips o consejos que no vamos a encontrar en los libros o recetas, sino cocinando al lado de alguien mientras los hace, observando las texturas, tocando, sintiendo con los dedos, mirando.

Trataré en cualquier caso de reproducir aquí todo lo que alcancé a conocer aquella tarde de lunes lluvioso junto a otras 6 alumnas y Anita, en petit comité, dirigidos por Isabella en su Atelier. Y que de esta forma podáis tener sobre vuestra mesa un colorido e irresistible bouquet de macarons.





     LA RECETA:

Ingredientes:

- 60 g de clara de huevos.
- 80 g de almendra en polvo.
- 80 g de azúcar glas.
- 70 g de azúcar.
- 20 g de agua.
- colorantes en gel

Respecto de los ingredientes; la almendra en polvo que usamos fue la de la marca blanca de Mercadona y quedó genial. Las claras eran de huevos frescos, nada de claras pasteurizadas, y de tamaño L. Estas vienen a pesar unos 40 g. Así que podemos usar dos huevos, que serían 80 g y desechar 20.

El azúcar glas ha de ser el que ser comercializa, no sirve hacerlo en casa, es diferente. Usamos el de Azucarera. Ojo con los colorantes, los de supermercado no sirven para nada. Su capacidad de tinte es ridícula. Los mejores los que vienen en polvo o en gel. Yo prefiero estos últimos, por ejemplo de Wilton. Con éstas medidas nos saldrán 14 ó 15.




MATERIAL NECESARIO:

Suponiendo que hacemos para empezar macarons de 1 color; vamos a necesitar las siguientes cosas; 1 manga pastelera, 1 boquilla del nº 12, dos bandejas de horno y papel sulfurizado. Si como yo, tenéis el kit de macaron de Lekue (aun no lo he estrenado por cierto, lo haré mañana) no hace falta más que disponer de las bandejas de horno ya que incluye un tapete de silicona con las marcas donde se ha de colocar la masa del macaron y un dispensador con boquilla a tal efecto.

Necesitaremos también un cazo pequeño, una picadora como la que véis a la izquierda en la foto. Con la Thermomix salvo que vayamos a hacer mucha cantidad, nos dejaríamos mucho material en el vaso y no es necesaria. Un vaso de batidora, y unas varillas eléctricas para montar claras. Varios cuencos o bowls y espátulas. Y un termómetro de cocina.




PASO 1. Trituramos el azúcar glas con el polvo de almendra y después lo tamizamos. Consejo: triturar en varios golpes, poco a poco, para evitar que la almendra suelte la grasa. El polvo resultante tiene que ser muy fino.

PASO 2. Dividimos las claras en dos y ponemos 30g en un bol y los otros 30 en el vaso de la batidora o cuenco donde vayamos a montar el merengue. Añadimos el colorante al primer bol, mejor poco a poco porque tiñe mucho, pero tened también en cuenta que al mezclarlo luego con los demás ingredientes va a aclarar. Mezclamos bien con el polvo tamizado. Consejo: las claras han de ser viejas, es decir, separadas de las yemas 48 h antes, y reservadas en la nevera cubiertas con film trasnparente. Luego las sacamos unas horas antes de usarlas para que al montarlas estén a temperatura ambiente.





PASO 3. Para hacer nuestros macarons vamos a preparar un merengue italiano. Con el merengue de siempre el resultado no es el mismo. Para ello tenemos que preparar un almíbar; a tal efecto ponemos en el cazo el agua y el azúcar y dejamos que alcance los 116 grados. En ese momento estará listo. Si no tenemos termómetro de cocina, tratad de retirar el almíbar del fuego uno o dos minutos tras el primer síntoma de hervor, antes de que empiece a caramelizar.

PASO 4. Montamos los otros 30 g de clara de huevo empezando a velocidad mínima y subiendo cuando salga la espuma. Esto que voy a contar ahora puede parecer un poco complicado, pero no lo es tanto. Debemos hacer coincidir parte del paso 3 con el paso 4. Me explico: 

Una vez empezamos a montar la clara de huevo ya no podemos parar, y en el momento en que empiece a marcar el merengue (paso de espuma a liso) será cuando empecemos a añadir el almíbar muy lentamente como si fuera un hilo. Para ello, conviene empezar a montarlo cuando éste está ya empezando a calentar de modo que, cuando alcance la temperatura indicada, no tenga que esperar más que unos segundos para empezar a ser incorporado a la clara.




Aquí estamos Ana (otra alumna) y yo con el asunto del merengue y el almíbar, veis el hilo?? No penséis que hacen falta tres manos para hacer esta operación. Ana podría no sujetar el cuenco y hacerlo todo ella sola; es como cuando hacemos mayonesa.

Consejo: No es indiferente el punto del merengue; no tiene que quedar ni muy suave, ni demasiado duro. Esto último es perjudicial para el macaron. Cual es el punto??? Lo dije antes.... el que la repostera que nos enseña nos muestra. Es algo que se aprende observando. Pero para que tengáis una referencia el parecido al "pico duro" de la glasa para galletas. O similar a la espuma de afeitar.




PASO 5. "Macaronage" o macaronear. Es el momento decisivo. Se incorpora el merengue a la mezcla de azúcar y almendra. Envolvemos con movimientos giratorios y aplastamos un poco, envolvemos girando y aplastamos contra el suelo del bol y así todo el tiempo. El movimiento de macaronage es muy característico. No vale mezclar de cualquier forma, sino justo de esa peculiar manera. Esta es otra de las cosas que merece la pena ver como lo hace alguien que sabe.

Otra cosa importante es el punto de la mezcla. De nuevo hay que ser diestro con este asunto, la masa tiene que estar lisa pero no muy líquida. Es normal que presente pequeños grumitos; es la almendra. Consejo: Cuidado con no pasarse macaroneando, luego no tiene remedio. Si la masa está muy líquida no conservará su forma al dibujar los círculos con la manga.




PASO 6.  Hemos pegado el papel que nos sirve de plantilla con la propia masa del macaron en la bandeja (lo veis en la parte inferior izquierda de la foto) para que no se mueva. Debajo otro papel de horno. Los círculos los podéis hacer con el tapón de la botella de 1/2 litro de agua Solán de Cabras. Lo he comprobado porque tenía una en casa y es ese tamaño. O si no, directamente sobre el tapete de silicona, vamos dibujando círculos con la masa que habremos introducido en un dispensador o en la manga con la boquilla del 12 que os decía antes.

Esto no tiene más dificultad que no salirse demasiado. Nos podemos atener al círculo o hacerlos más grandes o más pequeños;  mini macaron.




Isabella controla como Anita, experta en macarons, dibuja círculos mientras Marta la observa móvil en mano para tomar fotos.
Todas probamos a hacer circulitos, en este momento ya está casi toda la suerte echada... casi!! falta aun el secado y el horneado.

PASO 7. Secado. Los macarons deben secar durante dos horas. Esto es un mínimo, se pueden dejar más tiempo. Normalmente va a coincidir con el momento en que al tocar su superficie notemos que se ha formado una costra y nuestro dedo no queda marcado. 

Estos dulces son enemigos de la humedad. Consejo: Dejarlos secar en un lugar resguardado, libre de corrientes de aire, por ejemplo el horno apagado. Evitar hacer macarons días de lluvia, la humedad  puede afectar al proceso (¿?). Me pregunto cómo lo harán los parisinos.... No nos precipitemos queriendo hornearlos ya de ya. Todo a su tiempo. Ah! y es importante que todos lo recipientes y material que usemos esté siempre bien seco.





PASO 8. Horneado. Antes de introducir la bandeja en el horno golperarla contra la mesa de forma enérgica (levantarla y dejarla caer con fuerza) para que se exploten las posibles burbujas de la pasta. El horno tiene que estar a 140/150 grados y eso es importante. No más!! Pasados 6 ú 8 minutos veremos el famoso pie formarse. Esas arrugas que lo bordean. A partir de ese momento se puede abrir el horno que no pasa nada. Controlaremos hasta los 10 ó 12 minutos y cuando veamos que se desprenden o levantan sin pegarse del papel es que ya están listos. Sacar inmediatamente. Más tiempo del justo y necesario los dejaría secos.

 Consejo: Si vamos a hornear otra tanda, esperar a que se enfríe la bandeja, sino los tostaría por abajo. Siempre horneamos una sola bandeja, nunca una sobre otra!

En la foto superior, los vemos ya horneados, listos para ser rellenados cuando hayan enfriado un poco. 




Impresionantes!!!

Las conchas sin rellenar pueden congelarse sin ningún problema, y duran hasta una semana en la nevera. Así que podemos hacer y hacer, y congelar y congelar, pensando en algún momento en que vayamos a preparar un surtido de varios colores y varios rellenos. Esto último mucho más sencillo.

El de la izquierda es de moras, y el de la derecha de naranja, pero a mí me encanta el rosa con el que he abierto el post; relleno de ganache de chocolate y plátano. Se hace hirviendo 50 g de nata y añadiendo posteriormente 100 g de chocolate negro y una cucharada de pasta de plátano. Isabella la tiene en la tienda y yo ya la tengo en casa... no puede resistirme.




Este verde relleno de manzana estaba imponente. Las pastas de frutas dan mucho juego para el relleno de estos dulces, las hay de muchos sabores y aunque duran mucho tiempo, ya empiezan a comercializarse en tamaños pequeños para uso doméstico.

Es aconsejable guardar los macarons en la nevera antes de consumirlos durante unas 24 horas.




Tras rellenar los macarons, los decoramos. Hay muchas formas de hacerlo, con crocs de caramelo de colores, con tinta comestible, glasa... Marta se lo tomó muy en serio e hizo verdaderas filigranas.

Resultó una tarde divertida y agradable. Con Isabella estaba su hermana Mª José, ambas, junto a Mónica, la tercera, regentan una casa rural; La posada del Arriero con un coqueto restaurante y un gastrobar donde ofrecen una variada muestra de cocina en miniatura; Mónica es la que se ocupa de ello.

Mujeres emprendedoras, imaginativas y con talento, puedes encontrarlas en su blog Deleita Rioja y descubrir el mundo rural chic y las experiencias más originales; como cenas a ciegas! No me importaría asistir a alguna de ellas..... si el postre es este pastelito francés soy perfectamente capaz de reconocerlo  con los ojos cerrados!





Beatriz Tobegourmet.

Pasta fresca con albahaca. Receta rápida.

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Me encanta la pasta, a quien no....?  Comer pasta no es sinónimo de calorías a tutiplén; depende por supuesto de con qué la cocinemos y la forma de hacerlo. Hoy os traigo una receta muy sencilla de pasta fresca, que a la vez es una receta muy sana.
Un plato rápido para estos días de verano en que no apetece emplear demasiado tiempo en la cocina, en que hay que tratar de aprovechar el sol y pasar el máximo tiempo posible al aire libre. Sobre todo si como yo, tenéis niños.




Preparar este plato nos puede llevar cosa de veinte minutos, treinta a lo sumo. Justo el tiempo en que tarda el resto de la familia en colgar las toallas, recoger los trajes de baño y sentarse a la mesa.... 

Es importante por no decir imprescindible para conseguir comer rico un día de playa o piscina nada más llegar a casa... contar con un buen fondo de armario.




Hay ingredientes que en estos meses no deben faltar en la nevera, a parte de las maravillosas frutas de temporada....

En este caso; tomates en rama o de ensalada, pasta fresca, cebollas dulces, y albahaca fresca.






Os recomiendo tener hierbas aromáticas en casa. Son muy económicas, sólo hay que atenderlas unos meses y quedan super chulas en la cocina. Yo las tengo en unos maceteros de aluminio de IKEA... 

Además de que su sabor no es comparable con las que compramos envasadas, las tenemos siempre a mano para aderezar un montón de platos. Si tenéis jardín o terraza, la albahaca estará mejor en zona de sombra... mientras que por ejemplo al romero, una hierba que también me encanta, le gusta mucho el sol.

Y no olvidéis contar siempre con un buen aove.




Soy muy fan del arbequina de Cal Saboi, pero en casa nos suelen regalar aceites y es fácil que mi Cal Saboi se dispute el plato con algún otro de su misma especie. 

Este año mi amiga Ana Bech, malagueña, me trajo uno del sur, y en casa nos encantó. Lo hemos ido racionando como si fuena un bien escaso. Bueno... de hecho lo era...  Ya sólo queda un dedo como véis y hasta el próximo año nada!!




Ingredientes:

- Pasta fresca rellena de algo suave... queso, espinaca...
- Un par de tomates.
- Una cebolla dulce.
- 4 hojas grandes de albahaca fresca.
- aove.
-sal.

Preparación:

En una sartén pochamos una cebolla partida en trozos grandes en un poco de aove. Añadimos la albahaca picada, reservando un poco para adornar. Lavamos y troceamos vastamente los tomates y los añadimos con su piel, salamos ligeramente. Lo rehogamos todo mientras se cuece la pasta en agua salada. Al ser fresca lo hará rápidamente, en unos 5 ó 8 minutos. Escurrimos la pasta y la añadimos a la sartén. Lo integramos todo y lo dejamos unos minutos más para que coja los sabores de la cebolla, el tomate y la albahaca.

Servimos rápidamente, comemos, y si es posible lo reposamos con una buena siesta!!





Beatriz Tobegourmet.


Como hacer una tarta fácil de monster high.

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No me encantan las monster high, vaya eso por delante, pero cierto es que puestos a prohibir o rechazar, prefiero reservarme para cosas más importantes. Por eso cuando mi hija Marta demostró interés por estas horrendas muñecas me encogí de hombros y pensé... es lo que hay!

Tétricas e incomprensibles para mí que soy de la generación de los payasos de la tele, de la Nancy, la Sindy y la Lesly, la mayoría de las niñas de su edad las adoran. Así que siendo realista creo que no lo hubiera tenido fácil en la labor de distracción... o redireccionamiento hacia otros juguetes.




Sobre todo porque mi Marta es cabezota y determinada, con fuerte personalidad; y a fin de cuentas por qué no ceder en un capítulo que no es esencial en su educación, hay tantas otras cosas que le he de prohibir.....

Ante este asunto detecté cierto rechazo en mi entorno más próximo; mi suegra por poner un ejemplo lapidaba a la tal muñeca en las tertulias del domingo por la tarde después de comer, y dictaminaba que jamás regalaría una de esas a sus nietas; "no pienso fomentar el mal gusto" decía.
Un sector de mis amistades las tiene vetadas en casa, y a veces me he sentido un poco furtiva, como el silencioso espectador fiel al Sálvame Deluxe, que lo ve pero lo niega; un tanto avergonzada en definitiva de estar inmersa en el asunto Monster High.




Pero el día del 2º cumple de Marta, de este año, decidí salir del armario y me planté con esta tarta. Nosotros siempre celebramos 2 ó incluso 3 cumpleaños; uno íntimo, otro con los amigos, y un tercero con el cole. De otra forma tendría que alquilar un local para albergar a todo el mundo, y yo.... soy de cumpleaños en casa.

Marta me la había pedido con cara de entusiasmo y una fe ciega en mis dotes culinarias. Creo que fue más bien ésto último lo que me decidió. Jamás en la vida había hecho nada con fondant, y esa era la única manera de abordar una tarta de monster high.... con la famosa pasta de azúcar comestible.




Ya puestos a confesar cosas vergonzantes para algunos.... yo he sido una niña que ha jugado con las Barbies. De hecho he tenido unas cuantas... y no tengo ninguna perversión, es más, soy bastante normalita. He acabado mis estudios universitarios y post universitarios exitosamente y creo tener buen criterio para distinguir el bien del mal. 

En esas muñecas tachadas de mujer objeto yo veía un pelo larguísimo para peinar y hacer trenzas, vestiditos para quitar y poner... y no las cosas que otros quieren ver. Además me encantaban sus muebles setenteros; aun conservo algunos como un sofá rosa fucsia con tapicería de rayas pistacho. 

Y creo que igual le sucede a mi Marta con Draculaura y Abbey Bominable... y que no va más allá, ni le llaman lo más mínimo la atención las medias rotas, las cicatrices, o lo trapejos que visten.

Dudo mucho que nada insano quede grabado en su subconsciente, y sólo pienso en una cosa.... "me encanta verla jugar y hablar sóla en voz alta... dirigiendo sus muñecas como soldaditos.





Así que os voy a animar a complacer a vuestras niñas si os piden una tarta como ésta. No puede ser más fácil; es cuestión de paciencia y un poco de habilidad, ni más ni menos que la que ser precisa para hacer una simple manualidad, como las de Art Attack.

Por cierto... por qué nadie tiene nada que objetar ante el hombre araña, o el famoso batman?? ... mi sobrino tiene uno y no creo que piense hacerse culturista, ni de mayor vista ajustadas mayas.

La receta que he elegido como base para ésta tarta la tenéis AQUI




La hice de dos pisos, por supuesto, eso era un requisito esencial por lo visto. Sobre como hacer una tarta de dos pisos podéis consultar AQUI

Y la decoración fue la mar de divertido, es más, creo que estoy deseando repetir... Para hacer una tarta con adornos de fondant, lo primero es ir a una tienda especializada y comprarlo en pequeñas pastillas. En mi ciudad estas son mis favoritas; Azúcar y Vainilla, y L'Atelier de Isabella.

Si queréis añadir unas florecillas, necesitaréis unos cortadores especiales para fondant en la misma tienda. Aunque inicialmente iba a hacer lunares de dos colores, y para eso nos bastaría con un tapón de una botella de agua mineral.




A continuación buscamos en google una imagen del motivo, a falta de un cortador especial;  en mi caso esta simpática calavera con lazo rosa, y nos la imprimimos. Podemos modificarla antes para obtener un tamaño que se ajuste a lo que nos encaje bien. La recortamos y la usaremos como modelo. 

Como véis yo he trabajado sobre un tapete azul. Es un tapete de silicona para horno de Lékué que va fenomenal, y con un rodillo de acero inoxidable de Silikomart. Un rodillo adecuado es importante para que el fondant no se pegue. 

Trabajar con él es como hacerlo con la plastilina. Primero estiré el color negro (foto 2) ; coloqué sobre él la plantilla y corté todo el borde con la punta de un cuchillo. Poquito a poco. Después repasé los bordes empujándolos hacia adentro con el mismo cuchillo para redondearlos.




Una vez hecha la base negra, recorté el borde de mi modelo hasta dejar la calavera blanca. Extendí el fondant de ese color y con la ayuda de la plantilla, compuse la capa de arriba que solapé sobre la de abajo. 

El siguiente paso fue el lazo, primero recorté el borde, y lo hice en rosa. Con la punta del cuchillo dibujé las dos arrugas, y el nudo fue también un calco del papel que coloqué encima del lazo. (foto 1)

Con los ojos y nariz hice lo mismo, me ayudé de la plantilla hueca para colocarlos en su sitio exacto. Colocándola sobre la cara de fondant y aplicando cada ojo en el hueco del recorte.

El fondat se pega solo, y no es necesario añadirle nada. Lo mismo las florecillas sobre la crema. Es de lo más fácil. Entre nosotros, me las ví y me las deseé con un rey baltasar de platilina para el belén de cole, al lado de aquella figurita en 3D que a todos nos habrá tocado modelar... esto fué coser y cantar!!








Beatriz Tobegourmet.



Vasitos de chocolate blanco y sandía.

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Con el verano llegan las cenas al aire libre, las reuniones de amigos son más frecuentes, y muchas veces   buscamos ideas desesperadamente para sorprender con propuestas originales y a poder ser sencillas. .....Nosotros también merecemos disfrutar.

Lo que hoy os traigo es un postre muy vistoso y muy rico. Reconozco que estos vasitos de Genevieve Lethu ayudan bastante con la presentación, pero lo importante sin duda es la delicia que contienen.





Hace un par de semanas recibí una cesta de fruta ecológica de Fresvhana. No sé como lo hice pero me despisté con la sandía. Por falta de espacio la coloqué en un frigorífico que pequeño que tengo en otro lugar diferente a la cocina y que uso para tener siempre bebidas frías.

Lo olvidé por completo... hasta que el pasado sábado acudí en busca de unas cervezas y fue cuando la vi. Pobre sandía!! Podía haberla troceado en pequeños dados y hacer cubitos de hielo de fruta con que quedan muy vistosos y van de miedo para la nueva generación de gin tonics, pero se me ocurrió otra idea.



Hacer un postre refrescante y dulce, uniendo chocolate blanco, nata y fruta. Y os puedo decir que ha sido todo un éxito! Lo tomamos el domingo que hizo un día estupendo. Es necesario empezar a prepararlo unas horas antes de ser servido porque necesita enfriar un tiempo, pero su elaboración no puede ser más sencilla.




Ingredientes:

- 180/200 g de chocolate blanco.
- 200 de nata líquida 35% mg.
- 1/2 sandía pequeña muy fría.


Preparación:

En un cazo ponemos la nata y la llevamos a ebullición. A continuación añadimos en chocolate troceado y removemos hasta integrar, lo reservamos en un bol con un film transparente hasta que temple. Lo guardamos en la nevera y esperamos a que esté muy frío y su textura sea algo más espesa. Este paso lo podemos hacer de víspera, o incluso un par de días antes.

Poco antes de la cena o comida en que lo serviremos de postre, troceamos una sandía madura, la machacamos un poquito y la colocamos en un vasito de cristal pequeño, o de porcelana como es éste, llegando hasta la mitad.




En un recipiente alto vertemos la mezcla de chocolate y nata, y la montamos con la batidora usando el accesorio de varillas hasta tener una crema densa. A continuación la pasamos a una manga pastelera (yo con la boquilla 1M de Wilton) y acabamos de llenar el vaso, moviendo la manga en círculos para  hacer un copete alto como si se tratara de un helado.

Para acabar, decoramos el postre con unos pedacitos de sandía; esto le dará un punto de color muy atractivo que en nuestro caso, en que el vaso es opaco, da una pista sobre lo que nos vamos a encontrar una vez lo abordemos con pequeñas cucharadas.




La mezcla del dulzor y la cremosidad que aporta la crema de chocolate blanco, en perfecta unión con la frescura y textura ligera de la sandía conforman un postre sorprendente y agradable a cualquier paladar.

Un final muy de verano para una cena informal, incluso de pie.... a modo de buffet. 




Se puede servir como veis en alguna bandeja, salpicado de chocolate en trozos, para picotear dejándose llevar por la gula. 

Yo con el chocolate peco como el que más. Confieso que todos los días sin excepción me tomo casi media tableta, a veces más. Si no fuera por mi metabolismo, o porque no paro quieta, podría protagonizar el programa de televisión Robinfood  en versión femenina.




Gracias a Dios no es éste el caso, y me consuela pensar que el el chocolate es rico en flavonoides y antioxidantes, de lo cual empiezo a verme algo necesitada. En cualquier caso, y como ya deberíais saber, no es el chocolate blanco es más aconsejable para conseguir fines saludables, pues es el más rico en grasas y azúcar.

Antes de despedirme hasta el siguiente post quiero hacer la siguiente reflexión: mientras algunos de nosotros nos divertirnos organizando encuentros en torno a la comida, hay muchas personas que necesitan acudir a un comedor social para alimentarse con lo básico. 

Así que me ha parecido una idea muy sensata dar mi apoyo la iniciativa de los agricultores de Freshvana, fruta y verdura ecológica a domicilio, para donar una parte de su produción a comedores sociales. Con esta mención en mi blog, incrementan su donación en 20 Kg. 

Sólo me queda pedirte una cosa si eres blogger.... Súmate!





Beatriz Tobegourmet.



Ginebra food and shopping; Globus.

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La pasada semana, estuve de viaje por Suiza y Holanda.... Ni que decir tiene que no dejé pasar la oportunidad de conocer las tiendas más interesantes siempre pensando en gadgets para la cocina, props para los atrezzos del blog, vajillas diferentes, cucharitas, cajas, moldes nunca vistos, y todas esas cosas que tanto nos gustan para vestir la mesa.




Bien asesorada por gente que frecuenta la ciudad de Ginebra, que es donde estuve un par de días, tengo que reconocer que caí rendida a los pies de Globus. La ribera izquierda de esta ciudad está repleta de elegantes tiendas y boutiques; y allí es donde podemos encontrar estos grandes almacenes, y perdernos en su planta 3º y en la menos 1.

En el primer caso encontramos la sección de Kitchen and tableware y home accessories, o sea, lo nuestro. 



Los precios en general son altos, pero siempre hay objetos asequibles de marcas conocidas cuyo coste no varía sustancialmente de un lugar a otro. En esta planta me pasé cosa de una hora, y me llevé un buen botín sin dejarme necesariamente temblando la tarjeta visa. Por ejemplo, el azucarero súper mono que veís en la foto de arriba me costó 8,90 francos suizos, que vienen a ser unos 7 euros.

El mismo producto lo comercializa una tienda on line muy conocida por algo más de 10 euros, así que sin miedo!!




El mayor problema que yo veo es el potencial espacio en la maleta. Siempre me planteo viajar con una vacía por si acaso, pero me parece un peligroso punto de partida, con lo cual, acabo adaptándome a lo que hay y consigo ser más prudente, aunque reconozco que me dio una pena tremenda renunciar a uno de estos cake stands..... Para la próxima!




No siempre lo más grande o aparatoso de transportar resulta lo más caro, en ese caso puede valer la pena comprarse una bolsa aunque sea horrorosa; la más barata que encontréis... y solucionar el asunto. Sin embargo, mi pecado casi inconfesable fueron unos moldes para hacer savarin, diminutos, a cosa de 9,6 francos suizo cada uno! ......para ello no necesitaba demasiado espacio.... pero qué ilusión!!

Pronto veréis las maravillas que hago con ellos... y no necesariamente savarins....




No es demasiado recomendable enamorarse de estanterías como ésta, porque eso sí que puede suponer un problema, pero qué me decís de las cositas que encontramos en ella!! No sé ni el tiempo que me quedé mirando.....




Manteles coquetos, campanas, mantequeras, todo es fantástico en este lugar acogedor, bien organizado, y con una amplísima oferta de objetos para la mesa y la cocina. Recorrer esta planta de Globus es como dar un paseo a través de una revista de decoración dónde todo está a la venta, todo apetece y todo es super ideal.

Tanto con la planta de productos gourmet....




En esta sección Globus nos recibe con champagne francés. Moët es uno de mis favoritos. La sección de vinos y Champagne es muy amplia y cuenta con una selección de gran calidad.






Pero lo que os llamará la atención es la maravillosa oferta de quesos, como ellos mismos anuncian; los mejores de Suiza. Soy amante de los quesos, los probaría todos, me da igual de vaca, de cabra, frescos, curados.... soy adicta, igual que al chocolate, pero del ésto último os hablaré en un post especial, pues merece un capítulo a parte.




Me encantan así, las galletas y snacks que llevan queso. En Suiza encontramos gran variedad de estos productos. Hay unas tostas finísimas que me privan y que no compré porque las puedo conseguir aquí. Son las famosas HUG con las que hice un aperitivo hace tiempo que podéis ver AQUI.




En estos almacenes cuentan con una selección de especias impresionante. Se podría decir que tienen de todo!!!  Y aquí si que me llevé alguna que otra cosa que sé que en España me sería difícil encontrar. También tienen flores comestibles, así que me hice con unas rosas secas que pienso usar en alguna que otra ocasión.




Pasillos para perderse, los de la sección gourmet de Globus, para componer un sin fin de platos y recetas porque en esta gran sala encontramos practicamente de todo!




Salsas, chutneys, mermeladas, mieles, todo de altísima calidad y de atractivos sabores, con impecable  diseño; irresistible para los más sibaritas.




Podemos verlo en estos Aoves, presentados como frascos de perfume. Franceses o italianos; no encontré ninguno español; es nuestra asignatura pendiente sin duda. Este gran almacén es uno de los más importantes de Suiza y cuenta con total de nueve tiendas en el país; por supuesto en las principales ciudades.




Las tiendas en Suiza no cierran al mediodía pero, a cambio, por la tarde lo hacen bien pronto; sobre las 18.30 ó 19.00 en este caso.

Momento ideal para descansar, sin tener que ir demasiado lejos, cenando de forma ligera pero estupendamente en la zona de restaurante de Globus. Casual, cosmopolita y de ambiente agradable.




La oferta gastronómica es muy amplia y los precios muy asequibles. Se puede optar por una gran variedad de platos, pues cuenta con diferentes secciones; Seafood bar (caviar y salmón), Wellness bar,  Noodles/curtiese, Sushi/Sashimi, Antipasti, Panini/tapas, Crepe/glase y boulangerie artisane (con exquisitos pasteles).




En este espacio podemos movernos libremente optando por platos de una u otra sección, y llevarlos a la mesa en el orden y momento que decidamos, en donde encontramos en todo momento un servicio a nuestra disposición; cubiertos, vasos... un concepto con que acabo de descubrir, que me parece muy práctico y que me encanta.




La terraza es otra opción y es francamente agradable y con vistas a la popular y ambientada Place du Molard. Un lugar en pleno corazón comercial de Ginebra.




Una pizza y un helado, o caviar y champagne. El Gastrobar de Globus se adapta a lo que el cliente disponga para ese momento, tras una mañana o una tarde de compras. Estamos ante un restaurante multicocina (marisco, thai japonés, deliciosos creps salados).




Esta fue la mesa que elegí. Mi silla aun desplazada y sobre ella el plato de mi crepe de berenjena, tomate fresco, queso de cabra y pesto. Deliciosa!!  En la mesa de al lado; unas mujeres árabes con pañuelos de Louis Vuitton, un clásico en este tipo de centros comerciales que sin duda aporta su punto exótico.

Ya solo me faltaba la tartaleta de limón con merengue, de la boulangerie, totalmente artesana y de lo más exquisito que podéis imaginar para rematar un fantástico día de shopping en Genève.




Beatriz Tobegourmet.


Las cucharitas de Sabre. Props.

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Por fin tengo un blog mono. Ya cuento entre mis props, o útiles de atrezzo, con las famosas cucharitas de Sabre.

Si se come con la vista no cabe duda de que estas pequeñas piezas de plástico pueden ayudar bastante a presentar más apetecibles pasteles, helados y pedazos de tarta.

Sabre es una marca francesa creada en 1993 que se dedica a fabricar cubiertos decorados y toma el nombre del primero fabricado por la casa. Jamás hasta entonces se había visto cosa igual. Estampados de vichy de toile de Joui. Ideales!!




Los podemos encontrar principalmente en Francia (BHV, Primtemps, Galeries Lafayette...) pero también en otros lugares. Mi desvirtualización de estos props tan cuquis se produjo en Amsterdam.

Cuando planifiqué mi viaje, como suelo hacer siempre, acudí a las webs de marcas que no encuentro fácilmente en mi ciudad para darme una vuelta por sus puntos de venta. Y tenía claro que iba a la caza de estas cucharas!! Quedé enamorada de este modelo dorado. No lo había visto nunca! y mira que me leo blogs y más blogs de cocina donde aparecen día sí día también.

Así que me vine encantada con mi botín.




Soy muy de comprar por internet. Pero caramba! me daba dos patadas pagar más por los portes que por el producto. Y en fin, eso de toquetear y comprobar los matices del color real tiene su qué. 

En España se pueden encontrar en varios lugares en Madrid. Y luego en sitios curiosos como Avilés o Jaca, que ni tan siquiera son capitales de provincia, pero se ve que hay algún comercio con buen gusto que se las ofrece. Podéis consultar direcciones AQUI.




La casa Sabre comercializa también cubiertos de acero inoxidable, y otros más clásicos, pero para mí las más representativas son sus piezas "tout plastique" de combinaciones infinitas en cuadros, rayas, motas, y lisas como las que yo me compré.  Estas últimas me encantan por la luz que reflejan, y porque las encuentro elegantes y atemporales; se trata de la colección Old fashion de estilo vintage. Están disponibles en muchos colores....!!!

Tenía duda sobre cuales me llevaría, pero estaba segura de que iba a hacerme con ésta color blanco hielo.




La otra alternativa son las webs de útiles de cocina, moldes de papel, vajilla chula, y esas cosas que tanto nos gustan.... conozco dos que las comercializan, y claramente os recomiendo una sobre la otra. Así; tenemos Quadrifoglio y My home Style.

Entre las dos mi opción es My home Styley allí será donde os recomiendo hacer vuestras adquisiciones. Los motivos son dos: Los portes son un 30% inferiores; quizá eso no os importe demasiado, pero a mi me fastidia tanto pagar portes como pagar comisiones.

Sin embargo lo más importante es que tienen mucha más variedad!!

Frente a las 3 colores que encontré en Quadrifoglio donde además solo había uno disponible. My home Style me ofrece 22 colores. Lo mismo sucede con otras cucharitas que adoro, las de Green Gate, 3 modelos frente a 8.




Mis cucharas son de Studio Bazar, una tienda con cosas súper apetecibles, como os decía, en Amsterdam. Así que si alguno se acerca este verano.... ya sabe!

Ojo con las direcciones que aparecen en la web de Sabre; la de Tea in the City,  en esa misma ciudad en la calle Damrak 70, directamente no existe. Mejor telefonear primero, o buscar una tienda que nos venga de paso. Porque si no... maldita la gracia!





Y para finalizar os propongo dos buenos planes.... un paseo por la blogosfera para visitar las cucharitas de mis compañeros que llevo envidiando desde hace tiempo.... Aquí las de Noelia, Aquí las de Luisa, Aquí las de Raquel, Aquí las de Esther y Aquí las de Pam.

Y una visita al post de mi amigo Manu donde hace una hilarante y ácida crítica sobre los gadgets, los atrezzos y los props en los blogs, en la que por supuesto no falta una referencia a estas joyitas. Para no perdérsela!!




Beatriz Tobegourmet.


Suiza; chocolates y macarons: Auer, Läderach, Ladurée y Fauchon.

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Uno no puede viajar a Suiza y no probar sus magníficos chocolates. El Cantón de Ginebra, al borde del lago Lemán, está prácticamente rodeado por territorio francés, de ahí que además de exquisitos bombones, encontremos los famosos macarons.

Una ciudad, Genéve, que constituye una constante tentación para los que como yo pierden la cabeza ante el aroma del chocolate o la visión de una composición de macarons de colores empolvados.




En la casa francesa Fauchon  encontramos lo uno y lo otro, y muchas otras cosas más que hacen las delicias de los sibaritas y gourmets... El color fucsia es su signo de identidad, así como su logo donde repite su nombre de forma infinita en negro y blanco. Muy elegante.




La primera vez que visité Fauchon fue en su tienda de París al lado de la Madelaine podéis verlo AQUI.  Es una tienda enorme donde además de chocolate y macarons se puede encontrar un magnífico foie. Esta que os enseño en la ciudad suiza está en el 118 de la rue du Rhöne.

En esa misma calle encontramos una de las bombonerías con más fama de la ciudad Du Rhöne. Pequeña pero muy exclusiva. Mirad que chocolates más ideales!




Y como no podía ser de otra manera también ofrecen macarons. Hace poco os dejé un tutorial de macarons para que pudiérais hacerlos vosotros mismos. Siguiendo los pasos no hay pérdida, se necesita algo de paciencia pero es perfectamente asumible para cualquiera. Así que mientras os surge la oportunidad de catar los auténticos macaron franceses podéis empezar con los vuestros.




Aun no he probado los de Pierre Hermé que hay quien dice que son los mejores del mundo. Pero no sabría por cuales decidirme entre los que os mostraré en este post. Todos impresionantes!

En cualquier caso, me quedo con la tienda de Ladurée y sus colores verde agua y rosa ballet. Me parecen tan delicados!!




En este escaparate presentaban su colección Art Déco que está disponible desde el 27 de junio como colección de verano. No os lo perdáis, tienen otra que llaman Ladurée á Saint-Tropez con un formato  monísimo en azul vichy con una ilustración de una parisina de vacaciones en la ciudad. Sólo se venden allí!!



Estas fotos son del escaparate de la tienda de la rue Cours de Rive nº 7. 







El interior es de madera, muy acogedor, en esta tienda no se puede más que comprar para llevar, pero hay otra en ésta misma ciudad donde se puede tomar un té o un café con un macarón. 

El precio es de 2,5 por unidad, lo mismo que nos cuesta un pastel en una cafetería con terraza en mi ciudad.




Como podéis ver, Ladurée ofrece otros artículos tan apetecibles como velas aromáticas, las que están cubiertas por esas campanas... y una amplia selección de tés. 

Me encantan las cajitas en las que sirven los macarons, parecen cajas de jabones....





Estas dos últimas instantáneas son de la tienda que Ladurée tiene en los almacenes Globus, sobre los que os hablé el otro día. Podéis verlo Aquí.

Dejemos los macarons, que creo que ya hemos tenido suficiente, y pasemos a conocer los templos del chocolate en la ciudad de Ginebra, empezado por Auer.




Situada en la rue de Rive desde 1.936, en el corazón de Genéve, sus chocolates son de una calidad excelentes; trufas exquistas, ganaches y pralinés.... y sus "Amandes princesse".... una capricho para paladares exigentes y con generosos bolsillos.

Caja de 3 kilos... 630 francos suizos; unos 400 euros. Si con 1 kilo tienes suficiente, la cosa no se pone mucho mejor.... y si no compruébalo tú mismo en esta imagen.




Para mi gusto la presentación un tanto rococó... pero asumo que el contenido ha de estar sublime!

Me va más la imagen de Mekur, otra de las fantásticas tiendas de chocolates suizos que podemos encontrar en Ginebra. Allí encontramos la firma Läderach. Una empresa creada en 1962 por el maestro chocolatero Rudolf Laderach dirigida actualmente por la tercera generación.




Premium finished pralines, trufas y deliciosos bombones de infinidad de sabores. Läderach ofrece productos de calidad superior y con los mejores ingredientes. De esta firma dicen "...Isn't just a chocolate lover's dream, it´s also a chef's dream".

Además de la impresionante bombonería ofrecen chocolates al peso de un montón de variedades. Delicioso el de cereales con miel y caramelo.





Un lugar imprescindible y más asequible que el anterior, pues se puede optar por elaboraciones en formato pequeño, del que encontramos un amplísimo surtido en sus estanterías. Más de 20 clases de chocolate recién hecho..!!




Vale la pena entrar y conocer la tienda, pasearla y disfrutarla también con la vista. Si aceptamos la cromoterapia como técnica de relajación, no me cabe ninguna duda que la aplicada al mundo del chocolate sus efectos se multiplican exponencialmente.

No hay cosa más estimulante que regalar la vista con las diferentes geométricas... redondas, ovaladas; las gamas de ocres, los tonos rojos y tierra, las composiciones abstractas con frutos secos.... 

Al tiempo que el sentido del olfato se despierta entre multiples aromas a cacao, a vainilla.... a felicidad.

De lo mejor de Suiza... sus chocolates!!!






Beatriz Tobegourmet.



Mantequilla caramelizada con cebolla crujiente. Receta.

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Según dijo hace bien poco un cocinero muy mediático; "comiendo se aprende". No puedo estar más de acuerdo. La semana pasada en un restaurante situado en una agradable zona residencial de Amsterdam probé esta delicia. 

Son muchos los lugares, sobre todo en Francia, Suiza, Italia... que yo sepa.. donde sirven con el pan un poco de mantequilla para acompañar la comida. En España, en donde tenemos fantásticos aoves, cada vez es más frecuente este mismo detalle con el zumo de oliva, lo cual me parece estupendo.




El sábado pasado decidimos reservar mesa en el Ron Gastrobar. El chef Ron Blaauw tomó una valiente decisión cuando optó por eliminar su clasificación dos estrellas Michelín y dar un giro a su cocina y su empresa. 

La calidad de la comida es fantástica; el poso sigue ahí. Los platos son muy especiales, con ingredientes de alto nivel como la langosta o el king Crab, carne de wagyu, ostras, foie....

Cenamos en la terraza, francamente agradable, y hacía un tiempo estupendo cuando llegó a la mesa la mantequilla caramelizada con cebolla crujiente.




Fue verla, probarla, y saber que al regresar de mi viaje trataría de conseguir hacerla. Deliciosa. Un aperitivo suculento pero irresistible, que nos acompañó toda la cena.

En Holanda, como podréis imaginar hay fantásticas mantequillas. El punto de partida era un ingrediente de primera calidad... el resto la genialidad de un chef imaginativo y experimentado.




No hace ni cuatro días que regresé y ya he conseguido tenerla en mi nevera!! Soy dicho y hecho. Y como estoy deseando compartirla con vosotros os dejo lo que he interpretado debe de ser la receta.

Ingredientes:

- 150 g de mantequilla punto pomada, o sea blandita.
- 100 cc de nata líquida 35% mg.
- 50 g de azúcar.
- 25 cc de agua.
- cebolla crujiente Santa Rita.
- sal.


Preparación:

En primer lugar preparamos un caramelo líquido. Para ello colocamos en un cazo el agua y azúcar a fuego medio, y lo dejamos sin remover ni hacer nada hasta que se torne dorado. Es importante no tocarlo hasta que el proceso no culmine. 

Una vez obtenido lo retiramos de fuego y giramos con movimientos suaves el cazo en el aire hasta que enfríe un poco. Unos minutos. A continuación añadimos la nata y fuera del fuego, y con una varilla, removemos hasta que quede integrado.

Lo llevamos otra vez al fuego y lo dejamos unos minutos para que espese un poquito. Luego lo hará más al enfriarse.




Colocamos la mantequilla en el vaso de la batidora y añadimos la salsa de caramelo, dejando un poco para poder rectificar y que tome el sabor que nos parezca apetecible. Salamos. Finalmente batimos con una varilla eléctrica hasta que monte un poco.

Con las proporciones que os dejo va a estar correcto, pero yo no llegué a verter la totalidad del caramelo.... probé, vi que lo encontraba bien, y me planté. 

Con la sal si que estuve añadiendo en varias veces. Esto es como el aliño de una ensalada, a cada cual le puede gustar más o menos concentrado.




Una vez que empiezas no puedes parar!!

Se que os va a encantar, y además podemos prepararla y dejarla en la nevera para usar cuando nos surja la situación. Eso sí, sería entonces conveniente sacarla un par de horas antes para que esté más blandita y airearla un poco con un tenedor o una varilla. 

Por supuesto que la cebolla hay que añadirla en el último momento; aporta un contraste de textura excelente y el sabor marida perfectamente.




Nosotros la acompañamos de pan normal, pero pueden irle bien unas tostas sin más. 

Dudo sobre aquellas que contienen pasas o arándanos, creo que el protagonismo hay que dejarlo por entero a esta crema de mantequilla medio dulce, medio salada que es estupenda!






Beatriz Tobegourmet.


Cerezas rellenas de tarta de queso. Petit Four.

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La tarta casera de queso con base de galleta es uno de mis postres preferidos. Suelo cubrirla con mermelada de fresa, frambuesa e incluso cereza.

Este petit four es un pequeño guiño a esa tarta riquísima que tanto nos gusta. Lleva los mismos ingredientes y fruta fresca. Unas impresionantes cerezas de tamaño espectacular.





Son cerezas de La Rioja, se las compro a Javier en su tienda De Torre Gourmet. Tiene una fruta estupenda, un poco cara, pero la calidad se paga.

Cuando las vi enseguida pensé en hacer algo con ellas más allá de comérmelas así sin más. Fue entonces cuando recordé un anuncio que vi en el finger de un avión. Llegaba al aeropuerto de Schiphol creo, y vi un enorme anuncio de cosmética. Ignoro la marca, de verdad, me fijé sólo en la foto; una cereza cubierta con una crema..... facial supongo.




Inmediatamente pensé en este postre que veis hoy aquí. Lo anoté rápido en mi I pad mini; que llevo a todas partes. En cada viaje abro una nota, "apuntes gastronómicos de Amsterdam" en este caso, y voy anotando todo lo que me resulta fuente de inspiración. 

Como los escritores de novelas. A fin de cuentas soy una escritora de recetas...




La idea evolucionó hasta la tarta casera de queso. Así imaginé la crema facial comestible compuesta de nata montada con queso crema. El toque de la base de galleta lo encontraremos después ligeramente espolvoreado por encima en forma de polvo ocre.

Cortar en dos partes cerezas de semejante tamaño es muy fácil. 




Con un cuchillo las dividimos en dos partes y con ambas manos las desprendemos simplemente girando una en sentido opuesto a la otra, como si las desenroscáramos. En el medio quedará el hueso, que se retira muy fácilmente con el palo de una cucharita de café.


Ingredientes:

- 250 g de cereza muy grande.
- 100 cc de nata 35% m. g.
- 2 cucharadas de azúcar glas aprox.
- 100 g queso crema.
- 4 galletas.
- 25 g de mantequilla punto pomada.


Preparación:

Abrimos las cerezas en dos y les retiramos el hueso como hemos explicado más arriba. En un vaso montamos la nata (mejor si está bien fría) con el azúcar. Os he puesto la referencia de dos cucharadas soperas rasas, pero probáis y a vuestro gusto. 

Cuando esté montada añadimos el queso y removemos hasta integrar. A parte machacamos en un plato las galletas con un tenedor y les incorporamos la mantequilla bien blandita. Mezclamos hasta conseguir una textura arenosa. Reservamos.




Montamos el petit four, o bocado dulce, estupendo para el final de una cena..... de la siguiente manera: En el hueco de la pepita ponemos un poco de polvo de galleta, encima con una manga añadimos la crema de nata y queso, y lo adornamos de nuevo con nuestra tierra de mantequilla tostada.

Delicioso!!




Sin duda es la tarta casera de queso y cereza más rápida y fácil que hayáis hecho nunca! Sorprendente  y original. La crema conviene prepararla en el mismo día para que no se ablande, aunque el queso siempre da consistencia a la nata montada. La reservaremos en la nevera hasta el momento de servir. Un postre refrescante, ideal para el verano, y muy gourmet.





Beatriz Tobegourmet.


Tarta de limón y queso crema. Receta.

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Si, he encendido el horno. Que nadie se lleve las manos a la cabeza; sólo fueron 45 minutos, y visto lo visto no ha sido para tanto. A cambio esta deliciosa tarta de limón y queso crema. 

No dudo que en verano lo que apetece son los helados, y eso de contribuir a elevar la temperatura en casa no parece muy cabal, sin embargo es una época en que también recibimos más en casa, al menos nosotros, y una tarta o pastel como postre siempre es muy bienvenido.





Mi suegra hacía una tarta de limón exquisita que nada tiene que ver con ésta. Era otra idea; llevaba merengue horneado por encima y base de galleta. Nos gustaba tanto que no dejábamos de darle las gracias y halagar el exquisito postre una y otra vez hasta que, muy detallista ella, empezó a hacerla un domingo tras otro, sin tregua. 

Llegó un momento en que la visión de la maravillosa tarta de limón comenzó a tornarse en pesadilla. Por aquel entonces comíamos todos los domingos en su casa. Los sábados tocaba hacerlo en la mía.




Cuando veíamos la temida aparición cítrica, mi marido y yo nos mirábamos con cara de cordero degollado. Había que detener el círculo!! 

Con grandes dosis de diplomacia, pues se contaban por cientos los domingos limoneros, un día nos armamos de valor y le desmontamos el mito de la tarta de limón.

Mi suegra reaccionó como si nada, pero nunca más la volvimos a catar. Discreta y eficaz ella.




He de confesar que hasta hoy no había vuelto a hacer un postre de crema y limón, pero dos han sido los resortes que recientemente han conseguido rescatar de mi recuerdo los mejores momentos de aquel postre de domingo, y devolver a mi conciencia la necesidad de cocinar algo dulce con intenso sabor a limón.

A saber: La tartaleta de Embassy en Madrid y la de limón con merengue de Globus en Ginebra. La primera me dejó verdaderamente impactada, y la segunda acabó por despertar mi "instinto tarta de limón" que permanecía en of desde que nos decidimos declarar objetores de la sempiterna de mi suegra.




Ya estaba tardando demasiado así que aprovechando la crema de mis cerezas rellenas, me inventé la tarta de limón y queso crema. Que se hace de la siguiente manera:


Ingredientes:

- 4 huevos L.
- 8 cucharadas de azúcar.
- 6 cucharadas de harina Santa Rita especial bizcochos.
- 1 cucharadita de levadura química.

- 4 yemas de huevo 
- 70 cc de zumo de limón.
- 100 g de azúcar.
- 100 g de mantequilla.

- 200 cc de nata 35% mg.
- 200 g de queso tipo Philadelphia.
- Azúcar a gusto.


Preparación:

Tomamos los 4 huevos y separamos yemas de claras. Montamos éstas a punto de nieve y añadimos posteriormente las yemas, incorporamos el azúcar y removemos con unas varillas hasta integrar. Por último agregamos la harina, con la levadura y en varias veces, batiendo suavemente hasta tener una mezcla homogénea.

La vertemos en un molde engrasado con un poco de aceite o mantequilla y la llevamos al horno a 180º durante unos 45 minutos. Yo he utilizado un molde de 15 cm de diámetro, más alto que ancho. Me encanta ese formato.




Conviene tener previamente preparada la crema de limón o lemon curd, pues ha de enfriarse lo suficientemente como para adquirir la textura idónea para rellenar la tarta. 

Nunca hasta hoy había hecho lemon curd, así que, tras rebuscar por ese lugar donde tan bien me desenvuelvo que es la red, topé con la que tenía aspecto de parecer la mejor conseguida o más original. Sin embargo en casa todos la encontramos excesivamente ácida, por tanto he modificado un poco las cantidades para que resulte más suave.

Para hacer el lemon curd solo hay que mezclar las yemas con el azúcar hasta blanquear, añadir el zumo de limón y cocer unos diez minutos para, finalmente, agregar la mantequilla poco a poco, ya fuera del fuego, hasta que se integre. Luego dejar reposar.

Dividimos en capas la tarta y rellenamos, luego la cubrimos con la nata montada mezclada con el queso y el azúcar. Ya os dije que para montar la nata es mejor que ésta esté muy fría, lo demás no tiene más misterio.

Y voilà.... mi reconciliación con la tarta de limón!





Beatriz Tobegourmet.


Sfenjs #cocinacallejera en Argel. Receta.

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No soy nada aventurera. Prefiero América a Asia; lo occidental a lo oriental, la civilización a la naturaleza en estado puro. 

Australia antes que Africa.

Supongo que como toda regla fija lo anterior tiene una excepción. El desierto ejerce sobre mí una fuerte atracción; desde que leí "El Principito" ...... hasta que encontré a "mi príncipe azul" hará unos 17 años.




Solía hablarme mucho de Argelia y del desierto. Cuando le conocí acababa de pasar un año trabajando en la embajada de España en Argel; fue una experiencia que nunca olvidó y que para él supuso sin duda un antes y un después.

No le fue difícil adaptarse a las costumbres y al modo de vida argelino y, en cuanto tuvo la ocasión, emprendió un viaje de cinco días a lo más profundo de aquel país hasta alcanzar prácticamente la frontera con Libia. Durmiendo "à la belle étoile", viviendo con lo puesto y comiendo lo que preparaban sobre la arena Toumami y Moulay; cocinero y guía de la expedición.




No soy demasiado amiga de la comida callejera, he de confesar, así que me ha parecido todo un reto unirme a la propuesta de Juana Lizcano de La cocina de Babel, y preparar una receta que se coma "a pie de calle". Como ella dice.... "esas comidas callejeras que nos gustan tanto, o que en el transcurso de un viaje nos llamaron la atención".

Me siento incapaz de reproducir lo que mi intrépido "príncipe del desierto" se llevó a la boca en las dunas de Tassili N'Ajjer.... entre otras cosas... un pan cocinado bajo la arena.

Pero en mi búsqueda de comida callejera para La cocina de Babel he conseguido dar con algo que me encaja como anillo al dedo y no tanto por su forma, que también, sino por que es ese tipo de cosas que no me importa comer a pie de calle sin remilgos ni problemas.

Y de paso.... hacer un guiño a esa Argelia que nunca llegué a visitar, por circunstancias de la vida, y de la que tanto he oído hablar.




Se trata de los Sfenjs; una especie de donuts, churros, donas, buñuelos, pan dulce.... no sabría muy bien como describirlo. Son típicos de Marruecos, Argelia y Túnez; cuyo desierto si pisé..... Douz.

Viajar a Argelia resultaba complicado. En el año 1993 se vivía bajo el toque de queda, y cuando empezaron a atentar contra extranjeros... "mi intrépido" fue exhortado a abandonar el país de forma precipitada; prácticamente con lo que llevaba puesto y alguna cosa que pudo traerse... como esta pieza de cerámica, alguna alfombra, y poco más.




Sfenj procede de la palabra árabe "isfenj" que significa esponja, la jota se pronuncia como el "j" francés o la jota en catalán. Se trata de un tentempié redondo y dulce que se puede conseguir en los puestos de comida (hanout) en las ciudades. Se espolvorean con azúcar o también se toman bañados en miel caliente.

Los Sfenjyas, que son los que preparan los Sfenjs, hacen la masa de víspera para que tenga tiempo de levar y estar preparada para ser vendida en el puesto la mañana siguiente. De uno en uno, o unidos por una cuerda vegetal hecha de hojas de palmera.




Ingredientes:

- 500 cc de Harina (yo Santa Rita).
- 250 cc de agua tibia.
- 1 cucharada de azúcar.
- 15 g de levadura fresca.
- 1 cucharada de sal.
- Aove para freir.

- Azúcar para espolvorear.
- Miel templada o agua de azahar (opcional).






Preparación:

Deshacemos la levadura en el agua templada, incorporamos el azúcar, la sal y finalmente la harina y bien a mano, o con la Thermomix ( vaso cerrado, vel. espiga) amasamos durante 10 minutos, hasta obtener una masa homogénea y que se pega ligeramente a los dedos. 






Si observamos que está excesivamente firme añadimos un poco más de agua y seguimos amasando. La textura ha de ser algo más blanda que la de la masa de pan u otras masas similares. 

Dejamos levar como mínimo dos horas; hasta que doble su volumen. Cogemos bolas pequeñas de masa y con el dedo hacemos un agujero en el medio y las vamos friendo en aceite muy caliente.

Si es necesario, nos untaremos las manos de aceite para que no se nos pegue la masa a la hora de manejarla. 

El resultado es éste:




Los podemos espolvorear con azúcar, que es como a mí me gusta, pero en Argelia y Marruecos también los suelen preparar bañados en miel templada, o en agua de azahar.

De cualquiera de las formas son deliciosos. En casa los podemos hacer para desayunar o para acompañar un café como merienda.

Con las cantidades indicadas salen unos seis Sfenjs del tamaño de un donuts.




El Sfenj es crujiente por fuera y esponjoso por dentro. 

No es en absoluto aceitoso como lo pudieran ser los churros, con los que se les compara en Marruecos, donde los toman para desayunar. Ni tan dulce como los buñuelos o los donuts. Es una de las delicias de la cocina de calle argelina.

Yo lo describiría como un pan para golosos, un riquísimo bollito con forma de pequeño aro para comer sin acompañar.... uno detrás de otro, sin parar!






Beatriz Tobegourmet.


Una hora con Joan Roca. II Parte.

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Lo que importa es que el cliente salga contento y tenga ganas de volver, independientemente de si el restaurante es el número uno o el número dos, el tres o el cincuenta, o tengamos tres estrellas o dosJoan Roca.

6- LA COCINA CONCEPTUAL.

La cocina de los Roca es la cocina de los estados de ánimo. De diseño moderno, neutro, discreto, el comedor parece ser concebido para ceder todo protagonismo al menú. Los colores los vamos a encontrar en las elaboraciones.

Un espacio sin apenas paredes; con cristal, madera clara, luz y vegetación minimalista. Los cuadros los veremos si cerramos los ojos, en el momento de llevarnos la cuchara a la boca. Cuadros que nos pueden transportar a diferentes escenas, únicas para cada comensal, individuales, sin posibilidad de réplica.
La cocina de los Roca es conceptual. Los platos son un pretexto a partir del cual el cliente hará su interpretación personal. Joan Roca sugiere, escribe los primeros párrafos, y el comensal acaba la historia.

"Comenzamos siempre haciendo un recorrido por el mundo, para acabar finalmente contando nuestra propia historia" dice Roca,  "con los mensajes y las pequeñas cosas que llevamos a la mesa, explicamos qué somos, como somos, de donde venimos, y por qué hacemos lo que hacemos".



"Comerse el mundo" 


El menú del Celler de Can Roca es así un "menú codificado". Una invitación a interactuar que podemos aceptar o rechazar. Ante un plato el comensal puede jugar a ser arqueólogo, explorador, un buscador de tesoros y formar parte de la literatura del plato. O pasar por la sinfonía que lo compone sin percibir ni una sola de sus notas. Es una opción.

Joan me comenta, "en la cocina, en cuestiones técnicas ya está casi todo inventado, lo que ahora buscamos dar un significado a cada plato, contextualizarlo, que tenga un sentido".

Los hermanos Roca no renuncian ni a la tradición, ni a la evolución o la ciencia y se mantienen abiertos a servirse de cualquier herramienta que permita que la cocina sea más diversa y más divertida.

Como el cordero con pan con tomate; en donde crujiente de cordero emula el barquillo de los helados de corte, y que es para Joan el plato que más sentimientos le despierta, el que le transporta a momentos de su infancia.

Todo puede ser fuente de inspiración, todo puede ser útil y acabar siendo el fundamento de una receta: La memoria, la tradición, el paisaje, los perfumes, los viajes, las ideas que la gente les aporta, gente como ingenieros industriales, cantantes de ópera, pintores..

A veces meses, incluso un año, puede llevar esta labor de exportación de elementos de mundo exterior a interior de un plato.

Curiosamente, la cocina conceptual que estamos describiendo, traspasa las paredes del Celler de Can Roca y el fenómeno se invierte. Sucedió con el perfumista Vidal, que tras su paso por el restaurante creó la fragancia Núvol de llimona a partir del sorbete de destilado de limón de Jordi Roca. Incluso se han diseñado joyas inspiradas en las elaboraciones del Celler!

Joan dice: "Queremos disfrutar del aroma, del tacto y el sabor de nuestros recuerdos, pero por encima de todo nuestra obsesión está en el sabor"



7- EL MENU.


"Joan"- le digo- "tengo que felicitarte porque es la primera vez que llego al final de un menú con la sensación de ayer; no me sentí con hambre, ni tampoco llena, simplemente ya no necesitaba seguir comiendo, estaba bien. Como es posible conseguir tras varios amuse-bouche, once platos, y tres postres uno no tenga la sensación de haber cenado en exceso?




Nos preocupa la "digestibilidad" del menú, me comenta, las técnicas de cocción, de elaboración, influyen de forma determinante en esa sensación de ligereza. El empleo de productos vegetales, productos con poca grasa, y la forma de ejecutar cada uno de los platos es fundamental. 

Todos los ingredientes se acompañan armoniosamente, tienen sentido en su conjunto. Ahí se encuentra el quid de la cuestión.

Los platos del menú del Celler de Can Roca son equilibrados. Estamos ante una cocina moderna pero inspirada en la cocina tradicional que invita a seguir comiendo porque es ligera. 

Me viene a la mente, la gran aportación a las cocinas del mundo que hizo Joan Roca con su estudio de la cocina al vacío y su defensa de esta técnica que han implementado muchos restaurantes.

Me intereso por el plato de cordero, sé que es uno de sus favoritos. Me comenta que se lo crian expresamente para él, "un señor que está aquí al lado, es de raza Ripollesa. Primero nos traía la leche y luego le propusimos la idea del cordero".




Un cordero lechal exquito, doy fe, y oriundo del Ampurdán. Lo cocinan a baja temperatura para que quede muy crujiente la piel y lo sirven con unas berenjenas blancas que hacen a la brasa con toques de café y regaliz.

En el menú se encuentra también un homenaje a la gamba de Palamós. Una delicia.

Para Joan Roca es importante incorporar a su cocina aquello que se encuentra en su entorno, pero hay un mundo global además del local. No hay que cerrarse a lo que llega de fuera. Un manifiesto contundente ante el "fundamentalismo localista".

La estética tiene un gran protagonismo; se come con la vista, pero sin duda el sabor, una obsesión para Joan Roca, es el protagonista absoluto.

Un menú que Capel describió como "refinado, elegante y con sentido del humor". Estaba hablando del menú o del propio Joan?



8- LA NATURALEZA Y LA BOTANICA.

Flor y fruto de saúco, rosas, brotes, flores, hojas, fruta, trufa, violetas, enebro, regaliz, ajo negro, ajo y berenjena blanca!  forman parte del reparto de la gran obra teatral que representa un menú en el Celler de Can Roca.

Joan me comenta "hemos contratado un botánico", una persona que investigue lo que tenemos a nuestro alrededor. Hay cosas muy interesantes, hemos encontrado en ésta mismo época, aquí al lado, un fenómeno muy curioso; flor de saúco y fruto de saúco, eso es algo único y muy difícil de ver; flor y fruto al mismo tiempo!.

AQUI nos lo contaba.




"La cocina es infinita, cada vez tenemos más productos a nuestro alcance, hoy tengo tomates diferentes a los que me llegaron ayer. La variedad es infinita y el juego es interminable." Declaraba Joan Roca a Oriol Rodríguez.

En entorno que rodea el Celler de Can Roca, situado en el Ampurdán, la "Toscana Catalana" no puede ser más bello y rico en especies. El olor a pino es una de las más claras de señas de identidad de la zona. Adrià, que tenía su restaurante a tan sólo 50 km del Celler de Can Roca, no pasó por alto este aspecto y ofrecía unas púas de pino comestibles que recogían ese sabor. Nos los presentaba en una maceta, lo recuerdo perfectamente.

Joan sigue ese mismo camino de exploración del entorno, de importación de la esencia misma de la naturaleza a la mesa.

La entrada al restaurante se encuentra atravesando un bonito jardín, y más tarde, ya en el interior un pequeño bosque de arbolitos esbeltos proclama la importancia del reino vegetal.



9- MONTSERRAT FONTANÉ

Decía Carlos Maribona que "asumir el triunfo desde la humildad y la modestia, casi disculpándose de que todo les vaya tan bien", es algo que practican pocos de los colegas de Joan Roca. 

"A todos esos, y son muchos, a los que cualquier medallita, estrellita, o solecito, les sirve para adoptar actitudes de autosuficiencia, de mirar al resto por encima del hombro, el ejemplo de los Roca debería hacerles reflexionar!"

Culpa de eso la tienen sin duda sus padres y la educación que de ellos han recibido y no menos el esfuerzo que les ha costado llegar hasta donde están en este momento.

En mi primer encuentro con Joan, el otoño pasado en un evento celebrado en La Rioja, nos mostró al pequeño grupo que estábamos convocados a su charla, un pequeño documental donde explicaba qué era el Celler de Can Roca, su historia, sus fundamentos, su día a día... Recuerdo que uno de los momentos que me resultaron más emocionantes, fue aquel en que Joan y Jordi sientan a la mesa del restaurante a sus padres y les ofrecen un menú.

La imagen comienza con sus padres comiéndose "el mundo". Ellos nunca han viajado, decía Joan, y nosotros les traíamos a la mesa los sabores de los países donde habíamos estado.

"Joan" -pregunto- "que piensan tus padres de la cocina que se hace en el Celler de Can Roca?".

"Mi padre es más tradicional, y le cuesta más entenderlo", me responde, "pero mi madre es más abierta. Cuando alguna vez les hemos sentado a la mesa, hemos tratado ofrecerles un menú adaptado a su forma de entender la cocina, con un giro más tradicional, para darles mejor acomodo"

"No obstante", recuerda, "hace no mucho, un programa de la televisión de Cataluña muy popular "El Convidat" se interesó por nosotros y quiso grabar uno de sus capítulos en casa de mi madre".

Joan me cuenta la historia que resultó muy divertida.




El programa lo protagoniza Albert Om en TV3, que va de invitado a la casa, o cocina de personajes populares y los entrevista. Cuando Joan se lo comunicó a su madre, pensando que se mostraría reticente se encontró con que era una gran admiradora de Albert y dio saltos de alegría ante la perspectiva de conocerle.

El programa se realizó y acabó en el comedor de Celler donde fue servido el menú de los hermanos Roca tal cual, sin anestesia, así que su madre se enfrentó por primera vez a cosas mucho más sofisticadas de las que había probado hasta entonces.

"Y no solo le gustó" dice Joan, "sino que hizo aportaciones y sugerencias muy interesantes".

Manifiesta que su madre en una fuente de energía vital. Por su parte Monsterrat, dice de Joan que es el que más se parece a ella, emprendedor, a los nueve años ya tenía su chaquetilla de cocinero y despuntaba en la cocina. Cuando llegaba del colegio hacían juntos butifarras, flanes, canelones. Los Roca aprendieron a cocinar jugando.

Hay una frase que leí una vez de esta entrañable mujer y que me arrancó una sonrisa; "No entiendo que yo, con dos personas, pueda dar de comer a 180 y ellos necesiten 35 para cincuenta comensales".

Al frente todavía de su tradicional y modesto restaurante de barrio "Can Roca" esta mujer es la responsable de hospedar y dar comer al gran parte del equipo del Celler.

Un ejemplo de sencillez y enorme valía profesional.



10- LA IMAGEN. LA ANTORCHA.

Como si recogieran el testigo del gran Ferrán Adriá, con quien Joan se formó, los hermanos Roca se presentaban al mundo en esta imponente imagen tras recibir el galardón que otorga la revista "Restaurant".

Sobre Adriá opina Joan Roca que las condiciones que se dieron en el Bulli fueron tan especiales, tan mágicas, como restaurante, como concepto, que es difícil que se repita en otro lugar del mundo. Nadie superará su valor y su importancia histórica.




Esta instantánea tomada por el fotógrafo David Ruano de los tres hermanos caminando por el rio Oñar, empuñando una antorcha cuando la ciudad amanece, me resultó impactante y quise saber el por qué de esa escena, qué significa para ellos esa antorcha con la que se abren camino. 

Joan me comenta: "Fue un sábado amaneciendo, apenas había gente, y los pocos que se encontraban por allí nos debieron de tomar por chiflados. No hay photoshop, nos estamos mojando los pantalones de verdad". 

Para Pitu la imagen lleva implícito el mensaje "nos mojamos por nuestra ciudad, por Girona" me dijo la noche anterior cuando le pregunté exactamente lo mismo. Sin embargo Joan es firme al responder que principalmente supone un homenaje al fuego, que representa lo primitivo. Y me recuerda como en su cocina, lo primero que se distingue al entrar y que capta la atención de las miradas es el fuego que ocupa un lugar protagonista. Si, lo recuerdo; chispeante, surgiendo de unas brasas, encerrado tras un marco, detrás de un cristal, donde se prepara una carne.

"El fuego", concluye, "es también la luz que nos guía y nos muestra el camino que debemos seguir".

Esta imagen que encontramos al abrir la página Web de El Celler de Can Roca, irá renovándose año tras año, pero, reconoce, es difícil que consigamos una instantánea con tanta fuerza y mensaje como ésta.

Me despido del mejor y más influyente cocinero del mundo, miro el reloj, son las 13.00 horas, y sospecho que por mi causa probablemente se haya quedado sin almorzar. Siempre lo hace a las 12.00, y en este momento comienzan a entrar los comensales del primer servicio, el del mediodía.

Nos damos un abrazo y pienso en la próxima vez que volvamos a coincidir. Será el próximo 6 de octubre en la cena de inaguración del Congreso de San Sebastián Gastronomika a la que he sido invitada.


Hasta pronto Joan!



Beatriz Tobegourmet.

El Celler de Can Roca. Menú Festival.

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Este es el epicentro del Celler de Can Roca; su cocina. Si cuando estuve allí me pareció un lugar muy especial, casi mágico, cuando leí de Cristina Jolonch que Joan Roca dispone de un atajo secreto que parte del restaurante y le comunica con su mundo privado, su casa, por donde puede aparecer y desaparecer, esa sensación se convirtió en absoluta convicción. 


Joan es el único de los hermanos que vive encima en la bella casa que alberga El Celler de Can Roca. 




Una buena parte del equipo que trabaja allí está formado por estagiers que llegan al Celler procedentes de cocinas de grandes restaurantes de todo el mundo. Constituyen una buena parte de las 35 personas que hay en cocina, y que hacen sus prácticas sin sueldo, y con la comida y el alojamiento a cuenta del restaurante. 




En la cocina de El Celler impera el silencio, la armonía, no se levanta la voz, hay otras formas de inculcar disciplina y en eso los hermanos Roca son un ejemplo.

A nuestra llegada, en torno a las 21.00 el viernes 9 de agosto, Pitu nos recibe en la cocina. Joan había avisado a sus hermanos de nuestra presencia esa noche y les había encomendado ocuparse de que nuestra velada fuera lo más agradable posible. 

Jordi aparece de pronto y nos invita a recorrer las diferentes zonas del laboratorio de los Roca. Me acompañan otras cinco personas; familia y amigos.




Asistimos a la génesis de platos emblemáticos del Celler como "Toda la gamba". Ese toque naranja sobre el soporte negro me recuerda al logo que todos llevan bordado en los delantales. La R con tres patas. Me la imagino igual de crujiente.

Y como no a la creación del mundo, el plato con el que siempre comienza el menú!






La cocina de El Celler de Can Roca funciona como un reloj, sincronizada, con ritmo constante, sin prisa y sin pausa, es un placer observar a la gente que allí trabaja. Les rodeamos, les fotografiamos, metemos nuestras narices entre sus cosas y no se alteran, miran, sonríen y siguen como hormiguitas con el trabajo que les ha sido encomendado.




Nos resistimos a abandonar este espacio tan increíble, tan emblemático, pero estamos deseando sentarnos a la mesa y comenzar el festival! y nunca mejor dicho, pues ese es el nombre del menú que vamos a degustar.




En la mesa nos espera este globo de papel que representa "El mundo". Uno de los 40 camareros que atienden en sala a las 14 mesas, nos lo abre uno a uno y nos encontramos 5 bocados internacionales para ser tomados con los dedos en un orden que previamente nos sugieren.

"Buscamos la concentración de sabor dentro de un mínimo espacio con la complejidad del orfebre" declaró Joan Roca para El País en referencia a esta composición.




Nos encontramos con Mexico; guacamole, semilla de tomate, agua de tomate y cilantro. Perú; Caldo de ceviche. China; verduras encurtidas con crema de ciruelas. Marruecos; almendra, rosa, miel, azafrán, ras el hanout, yogurt de cabra. Japón; núcleo de miso, dashi de nata y tempura de nyinyonyaki. 

Minidelicias con las que los hermanos Roca quieren expresar la riqueza de sabores que se pueden encontrar más allá de nuestro entorno y a los que no quieren de ninguna forma renunciar. 




A continuación, como si tras el recorrido por el mundo regresáramos a la España mediterránea, llega a la mesa este olivo. De sus ramas pende su fruto maduro y en su punto justo para ser recolectado por el comensal. Es un trampantojo.




En realidad las "Olivas caramelizadas con anchoa", son una delicada elaboración a base de un fino caramelo de aceituna verde y de la exquisita anchoa de L'Escala. Como niños contamos las que nos corresponden, de eso que no puedes comer solo una....




A continuación fina, crujiente y sabrosísima la "Tartaleta de chanquete". La presentación tan alusiva al mundo de la mar me parece maravillosa.




Seguimos con los entrantes, y aparece la "Tortilla de calabacín". Se trata de una esferificación, una elaboración de las más complicadas según me dirá Joan en nuestra charla del día siguiente. Deliciosa, no puedo decir más.




Llega el "Bombón de trufa", uno para cada comensal. Y lo tomamos como si lo arrancáramos de la tierra, de la naturaleza de donde procede la trufa.

Una presentación sin duda muy evocadora.




Sobre el famoso "Plat de pan" de Andreu Carulla nos ofrecen el "Brioche de trufa", tierno y muy agradable.

Una de las cosas que más me gustó, y lo cierto es que es muy difícil elegir. No sé si tuvo la culpa en parte mis ganas tremendas de conocer esta vajilla tan especial, diseñada expresamente para El Celler de Can Roca. Desde que supe de su existencia estaba deseando tocarla!




Empezamos ya el menú en sí mismo con el "Consomé vegetal baja temperatura" compuesto de brotes, flores, hojas y fruta. Un plato precioso, de sabor suave, y muy ameno; cruje una verdura, explota un pequeño guisante, nos acaricia una flor...

Estupendo y en su justo punto de temperatura, ni frío, ni caliente, ni templado... no sabría decir.




Un plato muy muy especial. La "Infusión de saúco con cerezas al amaretto, cerezas al jengibre y anguila ahumada". Saúco en flor y saúco un fruto, un encuentro que va casi contra la ley de la naturaleza: o flor o fruto.

El Saúco es un arbusto mediterráneo, que se utiliza para fines medicinales. A mí que me encantan las cerezas me resultó ideal saborearlas en diferentes texturas y combinaciones. 

Un plato que además es bonito con esos tonos rojos, blancos y dorados.




"Contessa de espárragos blancos y trufa". Fue uno de los platos que más gustó en la mesa. Quien no conoce la famosa contessa? Importada desde el mundo dulce, aquí se presenta salada, deliciosa.

Intenso sabor a espárrago fresco, suave toque de trufa. Una muestra de la cocina lúdica de los hermando Roca, que más adelante volverá a hacer acto de aparición en los postres de éste "Menú Festival". 

Hubiera repetido! como con el helado....




Estas son las "Cocochas de sardina" un plato ingenioso, donde el aspecto de la sardina recuerda al de una cococha con su forma abierta. No sé si porque veníamos entusiasmados de la comtessa, pero el plato en sí, pese a su sorpresa y su cuidada estética, nos resultó de sabor excesivamente fuerte. La sardina lo es. Pero logró arrancarnos una sonrisa por esa invitación al juego.

Lo que es no es lo que parece ser.






No penséis que a la altura de la "Ensalada de Ortiguillas, navajas, espardeñas, y algas escabechadas" tenía dificultad por seguir y seguir probando todo lo que los hermanos Roca nos iban trayendo a la mesa. Al contrario, mi entusiasmo crecía por momentos y empecé a preocuparme por el número de platos que faltaban para el final, que no quería que llegara jamás.




"Toda la gamba" es uno de los clásicos de El Celler de Can Roca. De una forma u otra siempre está presente en su menú. Otros platos van cambiando según la época del año, pero la gamba maravillosa de  Palamós es venerada en la cocina del Celler.

La he visto en diferentes presentaciones, la nuestra venía acompañada de un jugo de la cabeza con algas, agua de mar, quinua, y bizcocho de plancton... arriba a la derecha. Un viaje al mundo marino donde encontramos a la gamba en su habitat natural.

La gamba a la brasa se encontraba en su punto exacto. Una obra de arte culinaria esta elaboración.




Y aquí nos encontramos con los tres hermanos. Y no son las tres cigalas, porque se lo pregunté al día siguiente a Joan y me respondió con una carcajada "ésto si que es bueno!, me ha gustado!" Pero no.

La presencia de los hermanos está en sus tres mundos, el salado, el líquido y el dulce. "Cigala al vapor de Palo Cortado, velouté de bisque y caramelo al Jeréz". Se vierte el contenido de la taza sobre las cigalitas y se cocinan con su vapor al momento. Increible!




Como un Miró enmarcado para contemplar y degustar se presenta el "Lenguado a la brasa con ajo negro fermentado, ajo blanco, jugo de perejil y limón".  Pura poesía.




"Bacalao con miso y avellanas". Delicado, etéreo, ligero, con un sabor agradable en una combinación sorprendente. 




Estaba deseando probar el cordero que prepara Joan Roca. Un plato que venera, con su corteza super crujiente. Y no me decepcionó. "Ventresca de cordero a la brasa con berenjenas, café y regaliz". Exquisita la salsa que como una piedra preciosa se presenta separada para jugar a mojar el cordero geométrico y perfectamente ejecutado como si fuéramos niños mal educados. 

Un plato que Joan relaciona con su infancia. La berenjena blanca en pequeños cubos es símbolo de la inocencia, y el regaliz de las horas de juegos en un patio. O así lo veo yo.....




Este es el "Parfait de pichón con cebolla" lleva nueces caramelizadas al curry, enebro, piel de naranja y hierbas. Joan Roca domina los platos de caza, y nos despide del mundo salado con una verdadera obra de arte culinario. Un bocado sublime, con un acompañamiento perfecto. Un diez.






Entramos en el mundo de Jordi, y a nadie le resulta indiferente este postre. Para empezar porque se sustenta sobre una base que imita a una masa madre, que además se muestra viva, porque respira, sí, lo hace de forma que el postre que sostiene oscila arriba y abajo de forma rítmica. Estamos alucinados.

Es el "Helado de masa madre con pulpa de cacao, lichis salteados y macarrones de vinagre balsámico".

Jordi se quedó con todos los que estábamos en la mesa que no paramos de comentar de forma excitada mientras nos íbamos comiendo este postre vivo!




"Adaptación del Perfume de Shalimar de Guerlain". Son muchas ya las ocasiones en que Jordi Roca ha tomado un perfume como pretexto para desarrollar un postre en el que trata de recoger todos sus matices y aromas. Se nos presenta con una muestra en papel para oler tras tomar el postre y comprobar si nos ha recordado a ese aroma. 

Crema de chai con naranja sanguina, vainilla, mango y rosas. Recuerda??? .... no lo sé. Pero estaba delicioso.




Casi acabamos, digo casi porque aun falta por llegar el famoso "Carrito de los postres" sobre el que albergo grandes expectativas y del que me voy acordando a ratitos a lo largo de la cena. Soy una golosa.

Nos despedimos del menú con este postre sencillo y maravilloso "Violetas". Se trata de una esfera de canela y violetas con coco y toffe de miel. Bajo ella unas fresitas. Aparenta un macaron, y cuando voy a tomar el crujiente de violeta que lo corona, veo que solo tiene en común con esa flor el color, ya que sabe a miel! La violeta la vamos a encontrar dentro. Un postre frío casi helado, sutil y femenino. Me encantó.




Llega el carrito de los postres y una discreta y joven mujer nos sirve con una pinza un surtido de las chucherías más pintorescas que he visto jamás.




Las gominolas son membrillo, las bolas doradas una versión de Jordi del Ferrero Rocher, también están presentes las oreo y las cookies. Se presentan sobre un plato ochentero, metálico. Si... podrían ser los ochenta.... mi época de chucherías y gominolas. 

Me tomo dos de cada!!




Abandonamos la mesa bien tarde, quizá sobre la una de la madrugada y me acerqué de nuevo a la cocina para felicitar a Jordi. 

Todo el personal había desaparecido, todo estaba en su sitio, impoluto, como si allí no hubiera pasado nada. Nos tomamos ésta foto.




Luego se acercó Pitu y nos ofreció visitar la bodega de El Celler de Can Roca, su bodega.

Impresionante! 

Ocupa una extensión de 200 metros cuadrados. Su disposición es sobre todo práctica con estanterías de acero. Comprende 2.500 referencias y 30.000 botellas.

Salimos muy tarde de allí, pero aun quedaba gente. Los hermanos Roca se van a dormir en torno a las 2 ó 3 de la madrugada para estar de pie a las 9 de nuevo en el Restaurante, entre los dos servicios apenas un par de horas de respiro. Una capacidad de trabajo increíble, un gran amor por su profesión.

Seguro que ahí está el secreto de su éxito!





Beatriz Tobegourmet.



Mermelada de higos con mozzarella en crema.

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Me gusta recibir en casa y aunque trato de quedar estupendamente, me resulta del todo imposible ofrecer los "Ferrero Rocher" pese a ser considerados la máxima "expresión del buen gusto". 

Entre otras razones porque ni soy la esposa del embajador, ni tengo un mayordomo llamado Ambrosio, ni mucho menos soy capaz de comprarlos y mantenerlos por más de 24 intactos y dentro de su cajita de metacrilato. Además, me parece mucho más fácil hacer una croquembuche que la famosa pirámide de los bomboncitos dorados, y menos pasearla de un lado a otro de mi mini salón. Al menos los primeros van pegados unos con otros y no haciendo equilibrios imposibles.
Así que necesito contar con un buen repertorio de opciones fáciles y originales, con las que sorprender a mis invitados...... como por ejemplo esta crema de mozzarella con mermelada de higos.




Hace unos días me traje a casa un puñado de higos recién recogidos del campo. Mi intención era hacer una tartaleta, o algún postre muy rico y de temporada. Pasaron los minutos, las horas y los días... y mis higos comenzaron a envejecer muy dignamente, con sus arrugas y sus flacideces.

Dejaron de ser bonitos y, casi casi, dejaron de ser útiles para protagonizar ningún plato. Así que intentando recolocarlos y reciclarlos.... pensé en ellos para emplearlos en un helado.




Sin embargo he de confesar públicamente que padezco una especie de miedo escénico que me impide abordar esa tarea.

El año pasado a punto estuve de hacerlo, pero luego conocí a Joël de Papperino. Fue entonces cuando escuché por primera vez la palabra "equilibrio". Si si, resulta que un helado ha de estar equilibrado. No vale hacer cualquier papilla con fruta, nata, azúcar y huevo. Es mucho más complicado. Un helado debe sostenerse a una temperatura que sea idónea a la vez para ser degustado sin que se nos paralicen los labios y se nos congele la lengua. Estar cremoso, sabroso y redondo.

Así que antes de elaborar un postre frío que me deje frustrada e indiferente prefiero ir a su tienda en San Sebastián; o si estoy en La Rioja a la de Fernando Saez Duarte que se llama Della Sera y está en Logroño, o la de Andrés Sirvent  en Calahorra; que es uno de los mejores heladeros del planeta.

Como me siento en cierto modo algo observada por ellos, nos conocemos y nos seguimos, no me atrevo a mover un dedo. Me entendéis verdad??




Así que una vez pelados y preparados mis vetustos higos, pensé en estrenarme con el asunto de las mermeladas. Una cosa para niños, de estas de coser y cantar, vamos.

Recordé las tostas de higos y queso que un buen día me compré por impulso en De Torre Gourmet y así fue como traje al mundo el canapé de mermelada de higos con mozzarella en crema.




No sé si será necesario que explique aquí como se hace la mermelada de higos. Quizá podáis adquirirla y combinarla con la crema de mozzarella; de esa sí que os voy a hablar. Pero es posible que entonces haya muchos higos que se vayan a la basura en las casas de cientos de personas despistadas como yo. Y entonces me sentiré responsable, si eso sucede, porque no deje escrito cómo hacerla en este post.

Así que vamos con la receta.

Ingredientes:

- Un puñado de higos, 500 g, 1 kilo, los que tengáis.
- La mitad de este peso en azúcar.
- 1 limón.


Preparación:

En un cazo ponemos los higos pelados con el azúcar y un poco de limón. La equivalencia podría ser 1 limón por kilo; así 1/4 de limón por 250 g que era la cantidad que yo tenía. Dejamos cocer a fuego suave una media hora. Esperamos a que temple y trituramos con una batidora a gusto. Si querémos más tropezones lo haremos con menos potencia y menos tiempo, y al contrario.

Ya tenemos la mermelada. Yo la coloqué en diferentes tarritos de cristal, me quedé uno, los demás los regalé tapados con una tela de algodón y una cuerdecita. 




La crema de mozzarella.

Ingredientes:

- 1 bolsa de mozzarella fresca. (125g)
- 100 g de leche entera.
- 100 g de nata 35% mg.
- Sal.





Preparación: Trituramos la mozzarella con la leche y una pizca de sal hasta tener una pasta homogénea. Montamos un poco la nata con el accesorio de varillas de la batidora. Añadimos la mezcla anterior y seguimos batiendo unos segundos hasta integrar.

Nos ha de quedar una mozzarella untuosa, un poco más densa que el yogurt.




Extendemos el queso sobre unas tostas. Si localizáis estas de higos y queso sensacional. Yo las he visto en varios sitios de Delicatessen y también las podéis adquirir en la tienda on line de Deseos Gourmet donde encontraréis de todo!!!!. Si os apetece trastear en la cocina, también ideal sobre unas láminas redondas y pequeñas de masa brisa recortadas y horneadas cinco minutos.

Sobre la crema de mozzarella aplicáis un poco de mermelada y listo. Yo las he servido con doble base, me pareció que quedaba bien.






Y les he plantado encima un pétalo de las hortensias, ya en fase otoñal, que aun perviven en mi jardín; por darle un aspecto más campestre .... y un poco de volumen.

La combinación es estupenda, no os descubro nada nuevo, dicen que las uvas y queso saben a beso, pero he leído la misma expresión con los higos, y no sé exactamente cual es la original. 

Los higos que tenía en casa eran higos verdes, pero estoy deseando hacerme con los morados, porque son muy vistosos, para hacer esas recetas que no prosperaron y que cedieron su protagonismo a este gran canapé.






Beatriz Tobegourmet.


Barquitos de crema de bonito y anchoas. Receta.

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No logro quitarme de la cabeza el capítulo de los japoneses de ayer. Acostumbro a escribir los post por la noche. Por el día hago el resto del trabajo; preparación de la receta, fotografía, edición posterior...

Me lo dejo todo preparado para el momento de mayor paz y silencio... cuando todos duermen. 

El problema es que a esas horas no hay forma de conseguir unas pilas AA para un ratón inalámbrico, creedme. Lo he experimentado taquicárdica e impotente hace menos de 48 horas.




Ya me venía avisando desde hace un par de días, pero igual que con el coche y la gasolina, siempre acabo apurando demasiado. Así que no sé exactamente en que párrafo de mi receta de "mermelada de higos con mozzarella en crema", el puntero del ratón desapareció de la pantalla sin dejar ni rastro como si se hubiera ido en busca de un trozo del queso que aun me quedaba sobre la mesa de la cocina.

No me podía estar pasando! Soy incapaz de dejar algo a medias o sin acabar y mucho menos cuando se trata de un texto de mis relatos de recetas.

A falta de otra posibilidad empecé a rastrear la casa en busca de aparatos con pilas. Mis hijos ya son mayorcitos así que abandoné sus dormitorios frustrada y con cierta nostalgia de aquellos juguetes con músicas diabólicas y repetitivas que uno iba entonando luego, como hipnotizado, el resto del día.

Los innumerables mandos de la tele llevan por si no lo sabéis, yo ahora ya sí, las triple A. O sea que por ahí nada que rascar.

Fue entonces cuando me acordé del despertador que tiene sobre la mesilla mi marido. Tiene un sonido tan insoportable que nunca lo usa. O al menos eso creía yo.




Así que sin encender la luz, con sigilo y premeditación, me hice con el botín absolutamente segura de que su blackberry estaba perfectamente programada para sonar a las 8 de la mañana.

12 japoneses le esperaban en un hotel a quince minutos de casa. Los japoneses no sé si lo sabéis, son hiper puntuales, mega educados, y adoran las buenas formas.

Mi marido no es japonés pero tiene en común con ellos todo lo anterior y además un gran sentido de la responsabilidad.

No sé si hace falta que desvele el final de la historia porque es bien fácil despejar la equis en esta ecuación. Creo que podéis deducir la información que aun no he detallado.




A las 9 de la mañana me despertó un grito feroz... qué hora es!!!!!  Su blackberry tan pichi sin sonar ni nada, claro, no era asunto suyo, no estaba programada. Era el despertador sin pilas el que se quedó mudo pese a que no era esa su intención. Las pilas las tenía yo en el ratón.

Dos minutos después mi post sobre los higos se publicaba automáticamente con puntualidad japonesa, tal y como había dejado ordenado tras finalizar exitosamente mi post.

Y mi marido se subía por las paredes mientras se afeitaba con una mano y se hacía un café con la otra.

Los japoneses ahora ya saben que tengo un blog. 




Como el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra hoy sigo escribiendo con  el teclado a medio gas y el ratón con pilas prestadas... espero llegar al final de este post sin novedades destacadas. Y al igual que el lunes por la noche, os presento un canapé de esos de quedar bien.

No como japoneses, sino como chinos, habréis de trabajar para obtener esta monada de barquitos de masa brisa. A cambio, una vez horneados, acabar la receta es facilísimo así que son el perfecto canapé para tener preparado con horas de antelación y servir en el último momento.


Ingredientes:

- 1 lámina de masa brisa.
- 1 tarro de crema de bonito y anchoas Olasagasti.






Preparación:

En primer lugar estiramos bien la masa con un rodillo para conseguir que esté muy fina. A continuación recortamos lo que serán las bases de los barquitos y los dos bordes. Procuramos ir tapando la masa con un film mientras hacemos cada uno de ellos para que no se seque, si lo hace, no se pega bien.

Como se puede ver en las imágenes se unen dos partes a la base, es fácil pegarla con las yemas de los dedos, luego se unen por los extremos para cerrarlos y finalmente con unas tijeras se les da un corte, en vertical y a ambos lados, para hacer la forma que buscamos. Este proceso es conveniente hacerlo en la bandeja que irá al horno y sobre papel sulfurizado, para no tener que trasladar los barquitos una vez construidos.








Ahora necesitamos sujetar de alguna manera la masa brisa, si no lo hacemos se nos caerá con el calor y no se mantendrá erguida. Yo lo he hecho rellenándola de papel de aluminio (una bola ovalada), o podéis usar el mismo papel de horno. Es conveniente colocar un poco de papel también en las dos caras exteriores del barquito para sostenerlo de forma completa; como dos rulos un poco altos.

Introducimos así todas nuestras bases en el horno a 180º. Cuando hayan pasado unos diez minutos abriremos el horno y sacaremos la bandeja. Estarán en media cocción. Esperamos a que se enfríen un poco y los retocamos, ya que es posible que se hayan deformado un poco. Los volvemos a introducir; ahora su forma ya no va a variar en absoluto.

Vigilamos el horno, cada cual es distinto y no sabría decir exactamente el tiempo que se puede precisar en cada caso, pero es breve, así que mejor estar al tanto y cuando estén dorados los retiramos y punto.




Dejamos enfriar, retiramos el papel de aluminio y rellenamos con la crema de bonito y anchoa de Olasagasti. Es una crema a base de bonito del norte, anchoa de primerísima calidad y un poco de zumo de limón. Su textura es perfecta, no se encuentra ni una espina y es una elaboración absolutamente natural.

Podéis intentar hacer vuestra crema en casa, pero no conozco la receta, tendréis que improvisar, y bueno... ya que nos hemos entretenido un rato con el continente, es mejor tener bien cómodo el asunto del contenido, no?





Beatriz Tobegourmet.


San Sebastian Gastronomika 2013. La edición más televisiva.

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Estamos a menos de diez días para que dé comienzo la XV Edición de San Sebastian Gastronomika. Este fin de semana en el Palacio de Congresos de Kursaal se recogerá la alfombra roja por donde han desfilado las más representativas estrellas del panorama cinematográfico actual, pero pronto ese mismo escenario se verá inundado de de otro tipo de estrellas.

Las estrellas de la cocina.

Andoni Luis Aduriz, Eneko Atxa, Ángel León, Dani García, Joan Roca, Quique Dacosta... son algunas de las que brillarán en las sesiones de "Alta" que este año está dedicada a la ciudad de Londres y su cocina metropolitana. 




Las tendencias de street food, las propuestas más vanguardista y atrevidas y los sabores de Asia estarán presentes en las salas y ponencias del Kursaal. Londres es símbolo de "metrópoli" con su población rica y heterogénea. La globalidad se degusta en su cocina.

Contaremos entre otros con Heston Blumenthal, y Clare Smyth, jefa de cocina del restaurante del conocido Gordon Ramsay. Y como no, españoles que tienen su restaurante en la capital inglesa como Alberto Criado de Cambio de Tercio.

Nos esperan escenas de la cocina de "pub", los puddings, la caza.... un mix sumamente atractivo e interesante. 

"Del pop up a la pura esencialidad" con Isaac McHave, "Del frankfurt al infinito" con James Knappet, o "La historia como provocación" con Jonny Lake del conocido restaurante the Fat Duck.

Londres brillará con luz propia este año en San Sebastián Gastronomika. 




Su denominación ha cambiado "San Sebastian Gastronomika-Euskadi Basque Country", pero continúa  con la misma dinámica.

Igual que en otras ocasiones habrá ponencias donde se podrá degustar desde la propia butaca las elaboraciones que los chefs van preparando en directo.

"Cocinando con" ofrecerá la posibilidad de compartir una experiencia única en compañía de cocineros de renombre como Juan Mari Arzak, Pedro Subijana, o Martín Berasategui entre otros.

Aunque sin duda, las "cocinas privadas"suponen un atractivo importante al ofrecer la posibilidad de recibir clases magistrales en grupos de 15 personas. 




Todo un lujo y una experiencia poder participar en ellas. Aun queda alguna plaza y el precio es muy razonable. Absolutamente vale la pena.

En la sección "Gastonomika popular", el domingo 6, se celebrará una sesión abierta la público con una divertida "jam session" Londres-España, en donde se darán cita los chefs españoles que tienen su restaurantes en la ciudad invitada. Los asistentes tendrán la oportunidad de aprender a hacer fish & chips, puddings, roast beef...

Este año San Sebastian Gastronomika se presenta más interactiva que nunca. 

Un gran espectáculo culinario que se va a celebrar entre el 6 y el 9 de octubre. Catas, degustaciones, charlas, clases magistrales.  Lo mejor de Londres y lo mejor de España.




Como novedad, en ésta XV edición el vino va a tomar gran protagonismo con las "Wine sessions" que aglutinarán a los más importantes enólogos en una única jornada del congreso. Así mismo, se celebrará la primera edición del concurso de Wine&Win. 

Un lujo la presencia en el Kursaal de Josep Roca, en quien este año recae el prestigioso premio Gueridón de Oro 2013. Sumiller del Celler de Can Roca, el mejor restaurante del mundo este año por la guía 50 Best Restaurants, donde sin duda el maridaje cocina y vino alcanza las más altas cotas.

Un "gran banquete de tres días" como lo ha definido la directora, Roser Torres, que contará con los más ilustres protagonistas




To be Gourmet, está acreditado como Medio Colaborador on Line. Así que desde el minuto cero estaremos contando todo lo que allí sucede a través de las redes sociales; facebook, twitter e instagram.

Tendremos también la oportunidad de conocer las las novedades y productos que las grandes marcas exhiben como casa año, en el espacio Market.

Y este año.... será sin duda centro de atención para el público más joven porque el martes día 8 de octubre en la Sala de Cámara del Kursaal se convertirá en improvisado plató, y podremos asistir en exclusiva a un Master Chef Junior

Los televisivos Samantha Vallejo, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz estarán presentes, cómo no, y pondrán a prueba a seis candidatos elegidos que se enfrentarán de forma excitante y llena de emoción con sus armas culinarias, al igual que en el famoso programa que tanto éxito ha cosechado en su primera temporada.

Por su parte Alberto Chicote, de Pesadilla en La Cocina y Top Chef, dirigirá un Show donde varios cocineros se retarán frente a los fogones. 




Un evento imprescindible para los amantes de la gastronomía, y la cocina en un marco incomparable. Aun pueden realizarse las inscripciones para vivir en primera persona este acontecimiento culinario de repercusión internacional. Se ofrecen paquetes muy interesantes de inscripción más hotel, que añaden como regalo la asistencia de una sesión de Cocina privada. Las plazas, como siempre son muy limitadas. 

Qué mejor forma de participar en este congreso que hacerlo de forma íntima y en petit comité con chefs de la talla de Oriol Castro, Eduard Xatruch, Mateu Casañas, Eneko Atxa....

Date el capricho!





Beatriz Tobegourmet



Tartaletas saladas con queso y escalivada.

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De todos los moldes que invaden mi casa, estos pequeños de tartaleta son los que más suelo usar, ya sea para recetas dulces, como ésta o como ésta o para recetas saladas como en éste caso.

Os sabéis la historia esa de la silla que cojea? Consiste en que se le corta alguna pata para nivelar, pero entonces cojea de otra, y se vuelve a rebajar... y así sucesivamente de modo que siempre nos sobra o nos falta pata.

La historia de esta receta es un buen ejemplo de esa típica situación.





Lo de intentar nivelar le pasaba mucho también al marido de mi hermana. Recuerdo que le pasó una vez en Oviedo sentados en un bar de tapas. Acabamos con todo lo que había en la mesa, no sabéis lo bien que se come en Oviedo! pero la botella de vino estaba medio llena. Así que sugirió enseguida que pidiéramos una tabla de queso ya que era "una pena tomar a palo seco un vino tan bueno...."

En el fragor de la tabla de quesos nos quedamos sin vino, y como el queso así sin nada no es lo mismo.... hubo que pedir de nuevo otra botellita. Ya con el vinito en la mesa el queso desapareció rápidamente, así que para acabar el vino nos pedimos unas croquetas. Y así sucesivamente.... No hubo forma de hacer cuadrar sólido con líquido.




Pues bien, el otro día hice unos deliciosos barquitos de masa brisa, para los que utilicé una lámina y media. Era una pena dejar el resto en la nevera....Así que para dar salida a ese resto pensé en hacer unas tartaletas saladas.

La escalivada me chifla, me enseño a hacerla una ex amiga, y cada día me sale mejor. Me pregunto que será de esa ex amiga, igual que a veces me pregunto qué será de mis ex novios. Ojo! que tengo solo un par!

El primero fue uno italiano, a mi padre por poco le da un soponcio. Cosas de juventud.




La decisión, la de hacer la escalivada, me refiero, fue muy acertada. Porque así de la manera más tonta descubrí una forma deliciosa de presentarla. El caso es que con la masa que me quedaba me llegaba para dos tartaletas, así que por pereza a salir de casa, me puse a hacer masa quebrada.

La escalivada la habíamos tomado ya al mediodía como primer plato, y pensé que era un forma estupenda de reutilizarla. Pero de repente me ví con un montón de tartaletas, más de las que necesitiba así que por la tarde me encontré de nuevo asando pimientos y berenjenas.

Como no me quería quedar corta, me acabó sobrando pimento y berenjena asada, pero me parecía que había que poner freno a la espiral y me abstuve de volver a hacer más masa brisa.




Ingredientes:

- 200 g de harina de respostería ( yo Santa Rita )
- 100 g de mantequilla.
-1 huevo.
-sal


- 1 Pimiento grande verde.
-1 Pimiento grande rojo.
- 2 Pimientos amarillos.
- 1 berenjena grande o 2 pequeñas.
- Queso de rulo de cabra.
-Vinagre balsámico.
- Romero.
-ajo.
-Aove.
-sal.




Preparación:

En primer lugar hacemos la masa brisa o masa quebrada. Yo la he hecho con Thermomix por comodidad. Añadimos al vaso la harina, la mantequilla fría y en trocitos, el huevo también frío, y la sal y lo mezclamos en velocidad 4/5 hasta que se haya formado la masa.

Retiramos la masa y la envolvemos en film transparente, la dejamos en el frigo mientras se asan las verduras.

Para la escalivada untamos de aceite los pimientos y la berenjena con su piel y los colocamos en horno sobre papel sulfurizado a 180º grados durante 30 minutos. Pasado este tiempo con cuidado sacamos la bandeja y les damos la vuelta. Dejamos otros 30 minutos.

Pelaremos las verduras en frío, y las cortamos en tiras o trozo pequeños. En un bol mezclamos aove (yo Cal Saboi, de arbequina, muy suave) con sal y un poco de vinagre balsámico, rociamos la escalivada y reservamos.




Ahora vamos con las tartaletas. Extendemos la masa con ayuda de un rodillo y recortamos tantos círculos como tartaletas vayamos a preparar. Vamos cubriendo los pequeños moldes (no es necesario engrasar) y le colocamos encima algo de peso para que no suban. Yo unos garbanzos que guardo siempre y reutilizo para ese único uso. Mejor si lo hacéis poniendo sobre la masa y debajo de aquellos un poco de papel de horno porque si no se os quedarán incrustados.

Horneamos a 180º hasta que vemos que la masa está semi cocida. Sacamos de horno y una vez se haya enfriado un poco, lo justo para poder manipular las tartaletas, las cubrimos con pequeños trocitos de queso de cabra.

Encima colocamos la escalivada y de nuevo al horno. Será cosa de 15 minutos que estén exquisitas y doradas.



El resultado es impresionante. En casa siempre habíamos tomado la escalivada con rulo de cabra y un toque de anchoa, de la buena ehh!!  Le aportaba ese toquecito salado que le hacía falta. Pero en este caso la tartaleta que es un punto salada lo sustituye y le da un toque crujiente ideal!

Y ahora una pregunta......

Os han sobrado tartaletas?? .... escalivada?   Bienvenidos al club de la silla que tiene rota una pata!!




Beatriz Tobegourmet.


Cómo hacer mermelada de moras. Receta.

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Mis hijos no pueden ser más urbanitas. Yo diría que sus árboles favoritos son los semáforos. Les gusta la naturaleza; pero de vez en cuando.

Vivimos en la ciudad pero digamos que en las afueras, por lo tanto tenemos el lujo de poder pasear entre perales, manzanos, viñas, y zarzamoras, cuando nos apetece.

El viernes les propuse acompañarme a dar una vuelta en bici por esos senderos tranquilos con la intención de recolectar algunas moras antes de que vinieran las lluvias.



Hasta hace bien poco mis pequeños urbanitas no habían visto las moras más que en la tienda de chucherías del cine. Y por supuesto se cogían de las negras y de las rojas, igual que con el regaliz. Así que me resultó difícil hacerles entender que las rojas no se cogen ni se comen, que igual que a los pezqueñines.... hay que dejarlas crecer.

Las moras rojas están duras, aun no han madurado, luego tornarán el color al morado oscuro. 

Menuda desilusión! Tuve qué traerme unas poquitas al menos como trofeo. Si no había rojas en el cesto, aquello era muy aburrido y un auténtico timo de mamá.






CONSEJOS PARA RECOGER MORAS SILVESTRES.

Las moras son bayas que encontramos siempre en forma de racimo. Al principio son verdecitas, luego se vuelven de un rojo muy atractivo, y cuando están a punto de caramelo.... casi negras y con brillo. Las naturaleza nos las ofrece fundamentalmente en el mes de septiembre. Cuando se encuentran en su estado óptimo se desprenden con facilidad.

Tienen muy pocas calorías y son una importante fuente de vitamina C y antioxidantes. Un aliado en la lucha contra los radicales libres!

Cuando salgáis a coger moras, descartad aquellas que se encuentran cerca de una carretera, pueden estar contaminadas (el humo de los coches, polvo, tierra...). Ayuda llevar unos guantes para evitar pincharnos con las espinas de la zarzamora. Aunque a mí  me gusta sentirlas con los dedos cuando las arranco.

Es mejor hacerlo en días soleados, ya que si se recogen después de la lluvia habrán absorbido agua y tendrán menos sabor. Las moras son como esponjas!! así que mejor esperar a que pasen al menos otro par de días para que estén bien secas.

En casa duran 3 días en la nevera, y también se pueden congelar. Lo mejor es guardarlas nada más llegar en un tupper y no lavarlas hasta el momento de consumirlas. Si las congeláis hacerlo, sin embargo, cuando ya estén limpias.

Cogerlas una a una, respetar la planta!





Me gustan las moras con yogurt. Pero me encantan las mermeladas; las de frutos rojos especialmente y las de grosella que los franceses llaman cassis me parecen sublimes!!.

Así que tenía claro que parte de la recolección del viernes iba a consumirla calentita con azúcar, que es cómo más me gusta.... mermelada recién hecha!!





COMO SE HACE LA MERMELADA:


Ingredientes: 500 g de moras, 400 g de azúcar, 1/2 limón.

Preparación con Thermomix: Lavamoa las moras en agua fría, las añadirmos al vaso junto con el azúcar, el limón y un cubilete de agua. Programamos 30 minutos, 100º, velocidad 4. Al final trituramos en velocidad 5 a 7  hasta conseguir el punto idóneo de textura.

Sin Thermomix: Cocemos los ingredientes en un cazo pero un poco más de tiempo, como 45 minutos. Trituramos y pasamos por el pasa puré. 

Si notamos muchas semillas la pasamos por el chino. Si nos ha quedado muy espesa lo solucionamos añadiendo un poco más de agua y dejándola hervir unos minutos más.




Podemos hacer mermelada en pequeña cantidad y para consumirla en pocos días, o bien liarnos un montón y dejar la despensa repleta. 

Yo soy de las de la primera opción. La mermelada de mora lleva azúcar y limón y se conserva en casa sin problemas durante al menos una semana. Si nos apareciera un poco de moho en la parte superficial, se retira sin problema, la parte de debajo está perfecta.

Es una buena idea cubrir la superficie de la mermelada que está dentro del bote con papel film transparente, así se consigue que esté en contacto con la menor cantidad de oxígeno posible.

Si la queréis preparar en conserva, habréis de hervir unos tarros limpios en agua al menos diez minutos, rellenarlos con la mermelada recién hecha y hasta el borde. Luego cerrar y dejar boca abajo hasta que enfríen, por ejemplo de la noche al día siguiente, comprobaremos además que el cierre es hermético y no hay pérdida.




Sabed que si una mermelada contiene menos de un 40% de azúcar respecto de la fruta, debemos además proceder a la pasteurización o envasado al vacío. Pero no es éste el caso de nuestra mermelada de mora, así que nos va a hacer falta y nos va a durar tres meses en el tarro de cristal con las instrucciones que os he dado.

Si bien en ferreterías podéis comprar tarros de cristal para hacer vuestra mermelada, también podéis aprovechar otros que tengáis en casa; botes de atún, de otras mermeladas, los tarros de anchoas (los estrechos pequeños son muy monos para regalo) y también me gustan las botellitas de aceite de módena.

Y bien, ahora que ya os he enseñado como hacer mermelada en casa, espero que la saboreéis con prudencia y no como yo que en ocasiones me la como a cucharadas!!





Beatriz Tobegourmet.



Tarta de chocolate, moras y queso crema.

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"Apenas hay luz y yo con mi modesta cámara compacta y sin trípode.... estoy perdida"- pensaba mientras disparaba escéptica. Pero ahora, veo esta imagen y me gusta porque es muy parecida al paisaje que se asoma a través de mi ventana. Brumoso, nostálgico... Puro otoño.





Llevo toda la semana haciendo cosas con las moras que recogimos antes de que llegara la lluvia. Con la mermelada del otro día quería hacer un relleno que recordara a la clásica tarta de queso. Así que elaboré una crema ligera de queso y nata que acabé tomándome luego a cucharadas, la hice abundante a posta.

Como su textura era muy líquida parecía imposible extender la mermelada de mora sobre ella, así que la incorporé soltando dos o tres pinceladas y extendiéndola luego con ayuda de un palillo.

Me quedaron estos dibujos, para mi único disfrute, ya que al cerrar la tarta luego, ya no se perciben y en el corte tampoco se pueden ver.

Como los pintores que en los cuadros pintan algo que sólo ellos saben que está presente, y que es invisible para los demás.




Tenía muy claro que el bizcocho de base sería de chocolate. 

Hay una fórmula que tengo absolutamente dominada y que siempre sale bien, es de cuisine4you y desde que dí con ella la he repetido mil veces.




Ingredientes:

- 4 huevos.
- 250 g de azúcar.
- 250 g de mantequilla.
- 250 de chocolate Valor en polvo.
- 250 g de Harina Santa Rita especial bizcochos.
- 1 sobre de levadura Royal.
- 200 ml de nata 18% mg.

- Una tableta de chocolate de postres.
- 30 ml de nata 35% para el chocolate.
- 75 ml de nata 35% mg para la crema de queso.
-150 g de queso crema.
- 2 cucharadas de azúcar.


Preparación:

Vamos en primer lugar a batir bien los huevos con el azúcar. Para dar aire al bizcocho y que quede bien esponjoso es mejor si por un lado montáis las claras y por otro blanqueáis las yemas, aunque no es imprescindible.

Añadimos la mantequilla en punto pomada, o sea blandita, y mezclamos bien. A continuación incorporamos la nata y finalmente los ingredientes secos; harina y chocolate en polvo y batimos todo.

Yo lo he hecho con la Thermomix en vel 3/4, pero podéis hacerlo con las varillas de la batidora o a mano con una espátula.




Pintamos el molde con un poco de aceite o bien lo untamos de mantequilla para engrasarlo un poco. Yo  he hecho dos bizcochos altos y estrechos en un molde de 17 cm de diámetro por 8 de alto, y al final he puesto uno sobre otro. Los he horneado unos 45 minutos a 180º.

Una vez desmoldados, los cortamos en dos partes. Obtenemos así 4 bizcochos más delgados y tres capas de relleno. En la imagen que veis faltaría colocar el que va encima.




La crema de queso la preparamos batiendo en queso con la nata y el azúcar sin más. Cubrimos la base y le añadimos la mermelada de moras en pinceladas con una cuchara, sin necesidad de extender, luego se mezclará. Colocamos otro bizcocho encima y repetimos la operación. Así hasta llegar al último.

No olvidéis marcar los bizcochos para que al colocarlos uno encima del otro os queden en el mismo lugar y encajen perfectamente, para ello lo mejor es pinchar, en nuestro caso, 4 palillos uno sobre otro en cada capa. Al montarlo, trataremos de que nos vuelvan a quedar alineados y ya está.

Es la mejor forma de conseguir una perfecta layer cake.





En un cazo calentamos la nata hasta hervir y añadimos el chocolate removiendo hasta que esté fundido. Lo aplicamos sobre la tarta que habremos enrasado previamente retirando el exceso de crema que caía de entre las capas.

Dejamos que enfríe un poco y llevamos a la mesa. 

El corte es perfecto, pero como la tarta me la llevé de viaje, preferí transportarla entera, así que tendréis que descubrirlo por vosotros mismos.

De sabor es deliciosa!







Beatriz Tobegourmet.



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