Tengo la suerte de vivir cerca del lugar donde se cultiva el llamado "oro rojo". Los Pimientos del piquillo D.O. Lodosa (Navarra), cultivados también en Mendavia, se cosechan a mano en otoño y se asan a la leña, evitando ser mojados para que el sabor y el aroma de cada uno de ellos sea de la mayor naturalidad posible. Luego se pelan a mano de forma totalmente artesanal.
En el mercado se encuentran otros pimientos del piquillo que no pertenecen a la D.O. Lodosa; los originales. Y la gran mayoría de ellos provienen de Perú. Por ello conviene buscar el sello (con una L y una P entrelazadas) que los identifica como los auténticos, porque su sabor y textura no tienen nada que ver con los de importación. En importante no caer en el error; el etiquetado en ocasiones resulta engañoso. Eso sí, y como es lógico, los pimientos del piquillo de la Rivera de Navarra son de precio superior.
Hace tiempo los compraba recién asados, en unos puestos en Puente la Reina, y los pelaba en casa para luego conservarlos congelados en bolsas que atesoraba y racionaba como si se tratara de sacos con monedas de oro.
Con el tiempo me he vuelto más perezosa y los compro en el supermercado, donde sólo los encuentro en estas fechas. Pero en casa los cocino siempre igual, a fuego muy lento, con ajo, y mucho mimo, removiendo. En eso si me entretengo. El resultado vale la pena.
Y aunque quizá para algunos parezca una receta muy básica, estoy segura de que los menos cocinillas no saben cómo prepararlos. Así que vamos a explicar paso a paso cómo hacer unos pimientos de piquillo y que queden deliciosos.
Ingredientes:
- 300 gramos de pimientos del Piquillo D.O. Lodosa.
- 5 dientes de ajo.
- Aceite de oliva virgen Extra.
- Sal.
Preparación:
En una sartén echamos un buen chorro de aove y ponemos a calentar. Pelamos los dientes de ajo, los picamos pequeños y los añadimos. Los dejamos unos minutos sin que lleguen a tostarse. Entonces añadimos los pimientos y los salamos en ese momento. Tapamos y bajamos a fuego mínimo. Si vemos que es necesario añadimos algo más de aceite. El caso es que queden bien empapados.
De tanto en tanto removemos y volvemos a tapar. Así hasta que veamos que han reblandecido y están más tiernos. Pueden ser de 20 a 30 minutos. Nosotros los hacemos para cenar, cuando estamos tranquilos, sin prisas. Cuando estén ya hechos veremos que han producido una salsa espesa y rojiza... una delicia.
Los podemos presentar de forma individual en cocottes, que quedan muy bien presentados y además mantendrán perfectamente su temperatura.
Hay varias recetas interesantes en las que los Pimientos del Piquillo toman un gran protagonismo;
- Quedan genial con una base de patatitas en dados en el fondo, y coronados después con una yema de huevo; pero en casa no hay quórum con lo del huevo.
- Con ventresca de bonito quedan estupendamente, y es algo rápido y fácil para improvisar. Y a falta de ventresca, bonito, pero que sea de calidad; Olasagasti, El Consorcio, Serrats....
En ambos casos ya veis que los ingredientes son de fondo de despensa. Aunque más sencillo todavía.... y para mí la mejor de todas las opciones es:
Coger tenedor, pan, y a por ellos!!
Beatriz Tobegourmet.