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Galletas de Navidad decoradas con glasa. Tutorial.

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Me encantan las galletas de Navidad decoradas con glasa. Y mis preferidas son sin duda las que representan los copos de nieve, los cristales de hielo o los de escarcha. Me hacía ilusión hacerlas este año y, aunque no tengo demasiada experiencia, he pensado en elaborar este paso a paso para animaros a hornear vuestras propias galletas navideñas. 

Los fundamentos son bien sencillos, y el resultado final cuestión de practicar y practicar. No es éste mi caso ya que, pese a atreverme a publicar un tutorial, ésta es tan sólo mi segunda hornada de galletas después de asistir a un curso de galletas decoradas con glasa. El resto es la habilidad propia y la imaginación. 





Dibujo bien y ésto de las galletas decoradas tiene bastante que ver con eso. Luego os lo cuento, pero es que tampoco se trata de algo demasiado complicado de hacer si se siguen bien las instrucciones.

A este respecto debo decir que tuve una profesora buenísima; Mar Dulce, que impartió su clase en la tienda "Azúcar y Vainilla" invitada por su dueña, María, que la trajo expresamente desde Vitoria. Podéis verlo AQUI, y de paso ir tomando ya nota de cómo se coge manga de la glasa para delinear los motivos.




Las galletas que a allí me enseñaron a hacer no tienen nada que ver con éstas; los motivos eran otros, pero los fundamentos y la técnica no varían, y a partir de ellos se puede crear lo que uno prefiera. La clase la tomé un mes de febrero y no fue hasta dos meses después cuando encontré el momento de practicar en casa, pero en una versión más básica. Eran mis primeras galletas decoradas con glasa sin ayuda de profesora. Las podéis ver AQUI.




Aquellas primeras galletas fueron simplemente blancas, y en esta ocasión me he animado a meter un color, pero suave y discreto, este azul hielo que me parece precioso. Se trata de separar parte de la glasa y agregar una cantidad muy muy pequeña de colorante azul. 




Y vamos con el Paso a Paso:

LAS GALLETAS: Lo primero que haremos será conseguir una galletas sabrosas, muy lisas y planas para que la glasa quede perfectamente repartida por su superficie.

- Necesitaremos: 1 huevo, 500 g de harina Santa Rita para todo uso, 250 g de azúcar glas, 250 g de mantequilla de calidad, una pizca de sal y una cucharada de esencia de vainilla. Esto último es opcional.

- Elaboración: batimos la mantequilla y el azúcar, a continuación añadimos el huevo, la esencia de vainilla y la sal. Batimos de nuevo, pasamos a un bol y comenzamos a añadir la harina poco a poco hasta que formemos una bola de masa. 

- Enfriado de la masa: Para mí es imprescindible este paso. Lo que vamos a hacer es extender la masa  en varias bandejas sobre papel de horno, cubrirlas con otro papel y meterlas en la nevera al menos dos horas, o de un día para otro si os viene mejor. 
Yo sólo disponía de una bandeja de horno que me entrara en la nevera y luego una plana donde suelo hacer empanada. Así que me sobró bastante masa que envolví en film transparente para usar en otro momento y que metí también en la nevera.

Una cosa importante: que la superficie de la masa extendida tenga la misma altura por todas partes, para ello es útil hacerlo con ayuda de unas guías de madera que podéis encontrar en las tiendas especializadas. También venden rodillos con aros que limitan el grosor de la masa al estirarla sobre una superficie, y en última instancia nos queda nuestro buen ojo.....




Si no disponéis de dos horas para el enfriado podéis meter la masa en el congelador, el caso es que esté dura para que al cortarlas queden perfectas. Y al entrar en el horno estén bien frías, así después conservarán mejor su forma.



   
Así justo después de cortarlas y antes de hornearlas las volvemos a meter en el frigorífico unos diez o quince minutos, mientras precalentamos el horno a 180º.

En este tipo de galletas es recomendable atender a que todas tengan el mismo tamaño, pues si se hornean a la vez las pequeñas con las grandes, las primeras se van a cocer antes. Que es lo que a mí me pasó, así que si tenemos varias bandejas colocaremos las galletas por orden de tamaño.

Con las sobras de los recortes hacemos una bola, la envolvemos en film transparente y la podemos reutilizar en cuanto se ablande para extenderla de nuevo. Podemos reutilizar la masa sobrante hasta tres veces, y también se puede congelar.




LA GLASA: La glasa no es otra cosa sino clara de huevo y azúcar glas batido con varillas. Os recomiendo utilizar un bol grande de acero inoxidable, y recordad que la clara monta mejor a temperatura ambiente.

Empezamos a batir sin azúcar y luego lo vamos incorporando muy lentamente con una cuchara, ya que se levantará algo de polvo, pues es super fino. La proporción es 250 g de azúcar para 1 clara de huevo L.

Nos tiene que quedar dura y consistente:



Dividimos la glasa en dos partes, yo he usado dos boles de plástico pequeños, y procedemos a teñir uno de ellos con color azul ( royal blue de Wilton ). Ojo! con un grano de arroz de colorante sobra!!! Así que con la ayuda de un palillo mojad un pelín y aplicarlo a la glasa. Removed y comprobar el tono, si es necesario meter una puntita más... es mejor rectificar que pasarse de tono, aunque en este último caso con añadir más glasa blanca lo solucionamos.




Cada color lo vamos a dividir de nuevo en dos partes: una para los perfiles y adornos que haremos con la manga, y otra para el relleno de la galleta; para la superficie digamos.

La primera la colocamos en dos mangas con boquilla del nº 1 de Wilton. En una la blanca y en otra la azul. La otra parte la dejamos en los boles, añadimos un pelín de agua para diluirla minimamente, y tapamos con film trasparente al ras para que no le entre aire. Cuanto agua?? pues aquí sucede lo mismo que con el colorante. Mejor tener que añadir que pasarnos. La medida sería la suficiente para que trazando una línea en la superficie, ésta desapareza en menos de 10 segundos. O sea unas gotas.


LA DECORACIÓN:

Lo primero que vamos a hacer es trazar el contorno de las galletas. Como veis no me ha quedado demasiado perfecto, hacía cosa de 8 meses que no practicaba.... pero no tiene importancia, luego no se va a ver.




Dejamos secar el borde (puede tardar 10 minutos). Si no nos gusta como nos ha quedado lo retiramos, y repetimos de nuevo. Para practicar es recomendable ensayar primero sobre un trozo de papel de horno, o un tapete de silicona, a dibujar lineas rectas, y luego en zig zag. Así se va cogiendo destreza.

Cuando los bordes de las galletas estén secos pasamos a recubrirlas con la glasa aplicándola primero con una cucharita (o con un biberón de plástico) y extendiéndola con la ayuda de un palillo, intentando que quede lisa y bien repartida. Al final le damos unos golpecitos por debajo para eliminar burbujas.




Como podéis comprobar algunas no las he cubierto y he pasado directamente a dibujar sobre ellas. Me ha gustado el efecto. Si vamos a decorar sobre una superficie de glasa como la azul que veis arriba, es necesario dejarla secar; depende de la temperatura ambiente, pero calculad al menos una hora para que la primera capa esté dura y se pueda trabajar sin que se mezclen las glasas, e incluso borrar las filigranas y rehacerlas si es necesario. Aunque rectificar sobre glasa no es tan fácil como sobre la galleta, se puede notar algo más.




Esta es la primera que hice, bastante imperfecta, pero el efecto es muy bonito. La manga la cogemos con la mano derecha y con la izquierda sujetamos la boquilla y dirigimos el trazo. Podéis verlo en el enlace que os he dejado más arriba a mi curso en Azucar y Vanilla.

Se aprieta para que salga el hilo de glasa que se dirige un poco levantado en el aire, como si sostuviéramos una cuerda que vamos a dejar con suavidad en el suelo. Es la mejor manera de conseguir que la línea se pose donde nosotros queremos. Y ya sabéis, si nos equivocamos se elimina con un pequeño pincel y se empieza de nuevo. Los puntos se hacen apretando y soltando y luego aplanando con la punta del mismo palillo si es que nos queda un hilo hacia arriba.




Las bolitas de azúcar se colocan muy fácilmente sobre la glasa húmeda y se adhieren cuando se secan. Para colocarlas he mojado levemente la yema de un dedo para atrapar cada una y luego dejarla en el lugar preciso. Me ha resultado muy fácil, y en este paso también se puede rectificar.





El resultado unas navideñas e invernales galletas de mantequilla decoradas una tarde de diciembre. Unas galletas preciosas que nos han encantado a todos. Algunas las he regalado, otras nos las hemos comido y otras las hemos guardado. En una caja hermética duran bastante tiempo... y las podemos ir sacando cuando surja la oportunidad de lucirnos con unas deliciosas y dulces galletas decoradas. A mí me han gustado estos tonos suaves, pero qué duda cabe que cada uno puede hacerlas del color y con los motivos que prefiera.





Beatriz Tobegourmet.



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