Desde que Miguel Martinez-Losa, de Casa Chuchi, me enseñó como cocinar las judías verdes perfectas, he redescubierto este vegetal que desde ahora, y ya por siempre, para mí queda elevado a la categoría de manjar.
Cocinar bien las judías verdes es algo que nunca me había planteado. Formaban parte de mi repertorio aburrido de menús de entre semana. Y aunque trataba de ilustrarlas con un buen sofrito, o con un caldo sabroso, no eran más que eso... un simple plato de verdura.
Aunque ya os he explicado los fundamentos básicos de una buena cocción de verduras a propósito de la presentación de la menestra de la semana pasada, vamos a centrarnos hoy en un plato exquisito y muy sencillo que es digno de ilustrar una señora mesa.
Se trata de las judías verdes con beicon y huevo de corral. Este último ingrediente, el huevo, lo incorporé en el último momento como algo simbólico. Y os explico la historia.
Como bien saben mis lectores, hace cosa de dos semanas estuve con algunos compañeros bloggers en un showcooking en Barcelona patrocinado por Nestlé. Si os lo habéis perdido podéis verlo primero AQUI y luego AQUI.
Como ya dije entonces, tras el evento, algunos de nosotros estábamos ansiosos por conocer una tienda de la que nos había hablado Patricia y que teníamos al lado del hotel.
He acudido a cenas y comidas con compañeros, he cocinado con ellos, y he asistido a alguna que otra feria o congreso, pero nunca hasta entonces había vivido la experiencia de irnos juntos de compras en busca de props o atrezzos para el blog.
Teníais que vernos entrar todos en bloque y empezar a devorarlo todo con los ojos. Primero las estanterías y luego..... la cesta del vecino, ejem!
Manu se hizo con unos cubiertos antiguos ideales que fueron la envidia de todo el mundo porque ya no quedaban más. Podéis verlos AQUI.
Y creo que de algún modo fue "blogger shopper" de todas, pues al final acabamos comprando en bloque otra de sus adquisiciones. Una huevera preciosa. La que véis en la tercera foto. No sé que pensaría la dependienta que nos atendió en la caja. Cinco personas con cinco hueveras idénticas. ¿¿??
La de Manu apareció enseguida en acción luciendo unos huevos marrones, y luego vino la de Luisa con huevos blancos. Agotadas todas las variedades de huevo que estaba dispuesta a asumir, no practico con los de otras aves y de los de chocolate no es época, decidí presentar mi huevera en sociedad conteniendo estas ricas vainas.
Con la mía ya son tres, así que faltan dos por aparecer... y como me he empeñado en reunirlas de nuevo a todas en la red, cuando se "manifiesten" os las traeré a este mismo post, como anexo, para que convivan las cinco, juntitas para siempre, en un rincón del ciberespacio.
Ingredientes:
- 500 g de judía verde.
- 60 g de beicon.
- 1 huevo campero.
- 1 cucharada de sal.
- 1 cucharada de bicarbonato.
- aove.
Preparación:
Nos dejamos de historias de hueveras y nos centramos ya en el asunto de las judías verdes ideales, con color intenso, textura suave y sabor a huerta.
Lavamos las judías verdes y les quitamos un centímetro o dos de cada extremo. Como las vamos a cortar muy finas, en juliana, no es necesario retirarles los bordes, pero yo que soy muy maniatica con eso lo he hecho. Cortamos pues las judías en finas tiras y al mismo tiempo ponemos a calentar una cacerola con un litro de agua.
En el momento en que roma a hervir, y no antes, añadimos la sal y el bicarbonato para fijar la clorofila, y acto seguido la judía verde. Esperamos unos siete minutos, probamos, y si está cocina a nuestro gusto, seguramente con ese tiempo las encontraremos en su punto... las retiramos a un bol que contenga hielo con un poco de su propio jugo. De esta forma frenamos la cocción en el momento exacto.
Mientras, en una pequeña sartén salteamos el beicon cortado muy pequeño en un hilo de aove. Lo reservamos, retiramos el aceite usado con un papel de cocina y añadimos otro poco de aceite, lo justo para hacer el huevo revuelto.
Precalentamos el horno a 100º y vamos emplatando las judías verdes. Primero las escurrimos bien y las dejamos sobre papel absorbente y luego las vamos colocando sobre los platos. Nos saldrán unos cuatro; añadimos entonces un poco de beicon y un poco de huevo. Damos un golpe de calor en el horno a los platos, dos arriba y dos abajo. Calentamos también un poco del caldo de la cocción y lo presentamos en vasitos individuales por si alguien gusta de tomarlo más caldoso.
Con unos minutos será suficiente para llevar a la mesa unas deliciosas y sublimes judías verdes en su punto y sorprender a nuestros comensales con su color intenso y su textura fina y tierna.
Beatriz Tobegourmet.