Me lo he pensado muy bien antes dar nombre a este post. Sé que se trata de una afirmación muy rotunda y absoluta pero ha sido el primer título que me ha venido a la cabeza cuando me he sentado a escribir.
Mi abuela la hacía, y mi madre y yo después. Así la hemos conocido desde siempre, y así sabía, así olía y así crujía la primera vez que me la llevé a la boca, bien pequeña, en el "prao" de La Felguera, en Asturias en las fiestas de San Pedro que siguen siendo en el mes de junio, cuando todo lo bueno empieza como las vacaciones de verano...
Y en Rodiles, aderezada seguramente con algo de arena de esa bella playa rodeada de majestuosos eucaliptos.
Así que por qué no! Esta es la auténtica receta de empanada asturiana que se ha comido en mi pueblo, en mi Asturias natal, y en mi casa de toda la vida.
Asocio desde siempre la empanada a comer en el campo o en la playa, jamás en casa. Y por eso la empecé a preparar cuando tuve hijos, para que la llevaran a sus excursiones.
Y también los días en que ibámos todos juntos al campo, o a pasar el domingo tumbados al sol entrando y saliendo a carrera del agua, como cuando mis padres nos llevaban a Hendaya. Lo que me gusta esa playa al sur de Francia! muy cerca de mi San Sebastián del alma, por quien me dejé adoptar a la edad de ocho años.
Lo cierto es que no imagino un alimento más completo que se pueda llevar puesto. Vegetales, proteínas, hidratos de carbono.... todo el uno y hecho en casa!
En esta receta la masa es la clave. Anotadla bien, es un valor seguro, siempre sale, y siempre igual de rica. Ya os digo que es una fórmula importada de mi Asturias natal, y os la voy a copiar tal cual la tengo en mi vieja libreta de recetas de madre, tías y abuela con su mismas medidas... "medio vaso".. "a bulto"... y esas expresiones tan fantásticas de la gente que cocina lento y con cuchara de madera.
Ingredientes:
- 1/2 vaso de aceite de oliva virgen extra.
- 1/2 vaso de vino blanco.
- 1 huevo mediano batido.
- Un trozo de mantequilla derretida ( 50 g)
- Harina ( la que pida ) Tened a mano 1/2 kilo.
- Un sobre de levadura Royal
- Sal
- Una yema de huevo para pintar.
Para el relleno:
- Salsa de tomate casera
- 350g de bonito del norte en aceite de oliva.
- 1 trozo de calabacín
-1/2 pimiento verde.
-1 cebolla.
- 2 dientes de ajo.
- Aceite de oliva viergen extra
- Sal.
Preparación:
En primer lugar vamos a hacer el pisto para el relleno, así lo tenemos frío cuando la masa esté estirada. Lo hacemos pochando en un poco de aceite la cebolla picada, y el ajo también pequeño durante veinte minutos, a fuego lento. Luego añadimos el pimiento y el calabacín en trocitos pequeños. Dejamos otro ratito, incorporamos el bonito y a los diez minutos el tomate. La cantidad de tomate es un poco a gusto, que le de a todo un buen color. Lo dejamos sofreír un poco más. Todo lo anterior lo haremos con paciencia y a fuego lento.
Un truco: Si hay prisas o urgencia ( cuantas veces me ha pedido Marta empanada para mañana a las diez de la noche!! ) tengo la solución perfecta: Hace tiempo localicé el pisto marca Hida y es la bomba. Sólo hay que añadir el bonito en frío y listo!
Magia.
Un truco: Si hay prisas o urgencia ( cuantas veces me ha pedido Marta empanada para mañana a las diez de la noche!! ) tengo la solución perfecta: Hace tiempo localicé el pisto marca Hida y es la bomba. Sólo hay que añadir el bonito en frío y listo!
Magia.
Para hacer la masa:
En un bol echamos el aceite y el vino blanco, luego el sobre de levadura, la mantequilla derretida, la sal y el huevo batido. Lo mezclamos todo bien con una cuchara de madera. A partir de este momento comenzamos a añadir harina generosamente y revolver. No os preocupéis por los grumos, se deshace todo bien. Seguimos añadiendo harina hasta que nos cueste esfuerzo mezclar con la cuchara y entonces pasamos la masa a la mesa y seguimos trabajándola ya con las manos. Vamos incorporando un poquito de harina, ahora cada vez menos, hasta que tengamos formada una bola manejable y fácil de estirar, que no se pega a las manos.
Dividimos la masa en dos. Estiramos una mitad sobre rellenamos con el pisto, colocamos encima la otra. Sellamos doblando los bordes de abajo sobre la lámina de arriba y hacemos un pequeño agujero con los dedos en el centro de la superficie para que salga el vapor. Por último la pintamos con yema de huevo para que quede brillante.
La dejamos 40 minutos de horno a 180º y ya la tenemos! Os sorprenderá su masa crujiente y su sabor auténtico. Un consejo: en frío mucho más rica!