Podemos discutir sobre su carta de sabores, algunos dicen que corta, sobre si está o no a la altura de lo que uno espera siendo una heladería con pedigrí; he leído todo tipo de opiniones. Pero en lo que todo el mundo está de acuerdo es en que Rocambolesc es una heladería de cuento! Un lugar mágico donde fabrican helados mágicos. Y los que probé deliciosos!
La heladería que todos los niños, y no tan niños, deberían visitar al menos una vez en la vida. Porque Rocambolesc es única en su especie. Es pura fantasía, un canto a la infancia, un pequeño local pintado con los colores de la felicidad, que parece la fábrica de los deseos....
La entrada en el mundo real al universo de los sueños..... o al universo de los recuerdos.
Un antiguo triciclo de madera y hierro, toda una declaración de intenciones, o de ideales... allí está presente, como si no hubiera pasado el tiempo, como elemento evocador, como introducción de un manual de instrucciones para vivir Rocambolesc. Como si hablara y susurrara... "simplemente
.... Diviértete!"
Rocambolesc es una pequeña ventana abierta a El Celler de Can Roca a través de la creatividad del pequeño de sus hermanos, Jordi, actualmente considerado por "The Best 50" el mejor pastelero del mundo.
Además de helados, siempre recién acabados y elaborados con productos naturales, en Rocambolesc se pueden encontrar libros y perfumes (el famoso nube de limón), caramelos y postres, para comer en la calle o para llevarse a casa; como el famoso postre láctico que se sirve en el Celler y que se ofrece en forma de Kit con los ingredientes de la receta original (la guayaba, el dulce de leche, el yogurt de oveja,y el helado de leche de oveja de la raza ripollesa) para que todo el mundo lo pueda montar y degustar en casa. Lo que Jordi llama "postre Ikea" y que cuesta unos 17 euros.
"Con Rocambolesc quisimos llevar una parte de El Celler, el postre, a la calle".
Y efectivamente, en algunos de los helados que allí se ofrecen se pueden encontrar elementos estéticos y de creatividad que no son comunes en una heladería al uso; como el acabado con algodón de azúcar del helado lactic, y que me sirvió de inspiración para una de mis últimas recetas: "la de sopa de fresa con mascarpone y algodón de azúcar" que podéis ver AQUI.
El helado lactic es una declinación del postre de su mismo nombre. Se trata de un helado de leche de oveja y requesón con confitura de guayaba, dulce de leche y algodón de azúcar. Es un helado muy especial.
El proyecto Rocambolesc, surge cuando Jordi Roca decide recuperar el tradicional "carro de postres" de El Celler de Can Roca, que había desaparecido de la sala del restaurante justo cuando él se hizo cargo de la parte dulce del menú. Imaginó que resultaría divertido recorrer las calles de Gerona ofreciendo sus dulces de forma ambulante, pero las limitaciones de la normativa municipal lo hicieron inviable, así que se optó por "aparcar" el carrito definitivamente en un céntrico local.
Lo que se ofrece en Rocambolesc está a camino entre un helado y un postre, porque el helado se compone de unos topping que le acaban dando una personalidad que en muchos casos parte de ideas de postres del restaurante.
Los helados elaborados con productos ecológicos. Seis sabores y hasta 34 toppings que cambian ambos en función de la época del año. Pera, higo, manzana.... siempre en función de la fruta de temporada; como el sorbete de mandarina con gajos de naranja, salsa de mandarina y physalis, o el de fresa con nube de lichi y fresa, gominola de frutos rojos y frutas rojas.
En San Jordi, presentaron temporalmente el helado de pétalos de rosas.
Rocambolesc también ofrece, como no, clásicos como el helado de chocolate y de vainilla; pero el primero con haba de cacao garrapiñada, cookie de cacao y peta zetas, y el segundo aderezado con bizcocho de chocolate sin harina, crujiente de caramelo y salsa de chocolate.
En la tienda se sugieren las combinaciones de toppings pero los helados son diseñados por el propio cliente.
Yo me dejé aconsejar directamente por el propio Jordi el día anterior en el Restaurante y me animó a probar el "helado de manzana asada" que se puede ver retratado en la primera imagen de este post y que va acompañado con galleta de mantequilla, manzana caramelizada y manzana natural.
Según Jordi Roca "El helado es como la luna o el sol, algo sin lo que el ser humano no podría vivir. Es el punto de conexión con esa memoria que nos permite viajar a la infancia, y para mí es esencial hacer ese viaje para recordar quien somos."
Me animé también con uno de los más solicitados el verano pasado; el sorbete de zanahoria, con nube de coco, piña y physalis. Diferente y muy rico!
En Rocambolesc se tiene la garantía de estar disfrutando de un helado artesano a pesar de que se sirvan de una máquina de helados soft. Esto puede transmitir al público en general la imágen errónea de un helado artificial, ya que se asocian a los sistemas empleados en algunas franquicias de fast food, pero no deja de ser un sistema, un procedimiento, para conseguir un helado con textura muy suave.
Y no hay que dejar de lado que las bases de estos "postres helados" se elaboran diariamente en El Celler de Can Roca desde donde se transportan a la heladería.
Pese a que como hemos comentado en tienda se ofrecen seis sabores, si es para llevar la carta se amplía. Sorbete de mojito, helado de magdalena, helado de pan tostado con aceite....
Pero si hay algo verdaderamente especial es el famoso "helado caliente". Esta idea tan original surge en diciembre de 2.012 que es cuando se presentan los panecillos de helado caliente que consiste en un pan de brioche caliente relleno de helado frío que se comienza a fundir. Jordi Roca lo calificó como "helado de invierno".
Para elaborar estos helados el diseñador Andreu Carulla, asiduo colaborador de los hermanos Roca pues es el responsable de artilugios que acompañan algunos de los fantásticos emplatados de El Celler, creó una máquina llamada Oxymoron Maker cuyo funcionamiento se expone para los curiosos en la web de Rocambolesc; ver AQUI.
El video comienza mostrando la máquina y al final se muestra cómo se hace el helado caliente de Jordi Roca.
Para elaborar estos helados el diseñador Andreu Carulla, asiduo colaborador de los hermanos Roca pues es el responsable de artilugios que acompañan algunos de los fantásticos emplatados de El Celler, creó una máquina llamada Oxymoron Maker cuyo funcionamiento se expone para los curiosos en la web de Rocambolesc; ver AQUI.
El video comienza mostrando la máquina y al final se muestra cómo se hace el helado caliente de Jordi Roca.
El cliente decide el helado con que se va a rellenar el panecillo-brioche y el topping, y se prepara ante él y en el momento, el sistema es parecido al de las máquinas de hacer gofres pero va mucho más allá; sella el panecillo, le imprime las marcas y la R de los Roca, y calienta el pan sin calentar el helado.
Después han venido los cupcakes helados que son magdalenas sobre las que se sirve un helado con su topping.... Pero lo último de lo último en Rocambolesc es el "Helado nariz". En un homenaje al Frigo pie de nuestra infancia Jordi crea un helado que tiene la forma exacta de su característica nariz partiendo de un molde de silicona. Se trata de un helado de rosas y fresas con forma de polo y que se puede probar desde el mes de marzo.
No menos original es el "Helado oscuro". Un juego de palabras que recuerda a la famosa expresión de la guerra de las galaxias "el lado oscuro" y es así porque se trata de la cara de Darth Vader pero de nuevo con la nariz de Jordi, de vainilla y arándanos. La caja que lo contiene lleva impresas estas letras: "que la fuerza sea contigo".
Imposible evitar la sonrisa, de sorpresa y diversión, al encontrarse con estas creaciones. Excentrica, y por qué no, algo gamberra la idea de comerse la nariz más popular del panorama gastronómico actual. Esa nariz que marida perfumes con postres en la sala de El Celler de Can Roca.
"Exhuberante, colorista, infantil" así es Rocambolesc. Un concepto que sobrepasa el de la clásica heladería y que nos acerca a las deliciosas locuras que componen el mundo dulce de Jordi Roca.
Un mundo que decidió desde el principio compartir con su mujer Alejandra Rivas, una mujer con sabor a helado de fresa según su esposo.
AQUI podéis verles a los dos en un día en Rocambolesc... un espacio singular donde gobiernan los sabores de la imaginación y la fantasía en una pequeña calle peatonal de la entrañable Girona.
Un mundo que decidió desde el principio compartir con su mujer Alejandra Rivas, una mujer con sabor a helado de fresa según su esposo.
AQUI podéis verles a los dos en un día en Rocambolesc... un espacio singular donde gobiernan los sabores de la imaginación y la fantasía en una pequeña calle peatonal de la entrañable Girona.